19/12/2008 - En General

La energí­a de Yacyretá e Itaipú, las deudas y la estrategia de integración regional

El futuro de la utilización de la energía de las usinas hidroeléctricas de Yacyretá (argentina-paraguaya) e Itaipú (brasilera-paraguaya), que ha ocupado kilómetros de palabras en los medios de la región durante los últimos meses, fue un tema que, sin bombos ni platillos, adquirió trascendencia en el marco de las varias cumbres regionales que se desarrollaron en la exótica Costa do Sauipe, Bahía, Brasil.

Por Fernando Del Corro.

El presidente paraguayo Fernando Armindo Lugo mantuvo al respecto una reunión bilateral con su colega brasilero Luiz Inácio Lula da Silva para hablar sobre Itaipú, y, en otra, pero trilateral se analizó la venta de energía excedente del estado guaraní a Chile, para lo cual la participación argentina es indispensable, y por ello el ex obispo de San Pedro analizó el tema con las dos presidentas de la región, la chilena Michelle Bachelet, y la argentina Cristina Elisabet Fernández.

La venta de parte de la energía de ambas centrales hidroeléctricas del Río Paraná, la de Itaipú la mayor del planeta, que no utiliza la muy primaria economía paraguaya a otros países de la región, requiere, indispensablemente, de la participación argentina como red de transmisión ya que la electricidad no se puede trasladar por barcos ni por ferrocarriles.

Ello implica que no es necesario que ese excedente surja de Yacyretá ya que bien puede ser también de Itaipú, pero en uno u otro caso la presencia argentina en el acuerdo es indispensable. Precisamente Lugo precisó a MERCOSUR Noticias que se trata de “energía paraguaya”, de una u otra generadora.

El gobierno del Paraguay ha impulsado tratativas con varios vecinos para buscar diferentes acuerdos en la materia. Otro en marcha es con el Uruguay para lo cual Lugo mantuvo una reunión en Montevideo con el presidente uruguayo Tabaré Ramón Vázquez antes de asumir la presidencia el 15 de agosto pasado. También, con Vázquez, y el boliviano Evo Morales Ayma han ido dando pasos para reconstruir la diluida Urupabol (Uruguay, Paraguay, Bolivia), de los tres países más pequeños de la Cuenca del Plata.

Pero para llegar a concretar esas operaciones es necesario, previamente, que Lugo, que prometió durante su campaña electoral conseguir un tratamiento “más justo” por parte del Brasil, particularmente, y de la Argentina , por la energía que le corresponde y no utiliza de ambos emprendimientos. Tratamiento “más justo” que involucra el precio de esa hidroelectricidad excedente, de la posibilidad de venderla a terceros países como el caso de Chile y el Uruguay, y la renegociación de la deuda que el estado guaraní mantiene con los fiscos de ambos socios.

En el caso de la Yacyretá ya el ex presidente paraguayo Oscar Nicanor Duarte Frutos había logrado una buena opción por parte del también ex argentino Néstor Carlos Kirchner. De hecho el convenio suscripto por los respectivos ministros del área no entró en vigor por responsabilidad del propio parlamento paraguayo que fue entorpeciendo su tratamiento del mismo modo que hoy obstruye la gestión Lugo, y que no se sienta a aprobar el ingreso de Venezuela como socio pleno del Mercado Común del Sur (MERCOSUR).

Sobre todo la oposición del Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA) hizo que Duarte Frutos diera marcha atrás y no firmara con Kirchner lo que habían acordado sus respectivos ministros José Alberto Alderete y Julio Miguel De Vido que reducía la deuda paraguaya de largos 12.000 millones de dólares estadounidenses a la mitad, unos 6.200 millones. El asesor en materia energética de Lugo, el diputado al Parlamento del MERCOSUR (Parlasur), Ricardo Canese, dirigente del Movimiento Tekojojá, es ahora partidario de reflotar el acuerdo y ponerlo en vigor, en tanto el PLRA, aliado de Lugo, dice que ahora está predispuesto a votar el acuerdo que debieran ratificar primero Cristina y Lugo. A partir de allí las cosas pueden mejorar mucho para el estado guaraní.

En lo que hace al Brasil las cosas son, aunque igual de complejas,  mucho más complicadas porque en el gobierno de Lula la cancillería, Itamaraty, y la empresa estatal de energía, Eletrobrás, tienen posturas de duras intransigencia. El canciller Celso Amorim y Jorge Samek, cabeza brasilera de Itaipú han dicho lo suficiente contra cualquier tipo de acuerdo que modifique el tratado original, el que aún se extiende por casi dos décadas más.

Paraguay reclama dos cuestiones de las que hasta el presente el gobierno brasilero no quiere dar el brazo a torcer. Por un lado quiere que se le pague más por la energía excedente con la que se queda Eletrobrás y que se haga un quite sustantivo a la deuda que tiene con el fisco de su socio por la construcción de Itaipú, cifra que ronda los u$s 27.000 millones.

Brasil no quiere escuchar de ajustes de deudas como ya se vio cuando Ecuador decidió recurrir a un tribunal internacional por su deuda a raíz de la construcción de una fallida represa, hoy fuera de servicio, por parte de la empresa Odebrecht. Pero ahora el presidente Lugo confirmó a MERCOSUR Noticias que se constituirá una comisión auditora de esa enorme deuda que su país tiene con Brasil. Una comisión a la que se invitará a varios especialistas, entre ellos a los argentinos (Alejandro Olmos Gaona, Miguel Angel Espeche Gil, Salvador María Lozada y Alfredo José Luis Carella) que dictaminaron la ilegitimidad de una parte de la deuda ecuatoriana.

Precisamente se adelanta que la idea de la actual administración paraguaya es la de esgrimir la “Doctrina Espeche Gil”, del dos veces frustrado candidato a Premio Nobel de la Paz , que sostiene, básicamente, la ilegitimidad de las deudas generadas mediante la apelación a intereses abusivos. También sostiene que los costos fueron mal liquidados por lo que el Brasil debió haber pagado mucho más en estas décadas de funcionamiento de la central hidroeléctrica.