La Paz, 15 dic (ABI).- El presidente Evo Morales denunció que George W. Bush consumó un atropello contra Bolivia al suspenderla de las preferencias arancelarias, pese a que como ninguna otra nación andina cumplió con sus compromisos internacionales en materia de lucha contra el narcotráfico, pero vislumbró una recomposición de las relaciones con Estados Unidos una vez que asuma Barack Obama.
Las declaraciones del Jefe de Estado boliviano fueron realizadas este lunes antes de emprender viaje a Bahía, Brasil, donde participará de la reunión del Mercado Común del Sur (Mercosur), Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), y de la Cumbre de Jefes de Estado o Gobierno de América Latina y el Caribe (CLAC).
“Como ningún país Bolivia ha cumplido
con todos sus compromisos internacionales en materia de lucha contra el
narcotráfico. Incluso la Organización de las Naciones Unidas certificó
los éxitos bolivianos”, aseguró Morales.
Hoy, 15 de diciembre, Bolivia quedó suspendida de las preferencias
arancelarias por decisión de Bush, a pesar de que la Ley de Promoción
Comercial Andina y Erradicación de Drogas (ATPDEA, por sus siglas en
inglés) fue extendida al país por otros seis meses por el Congreso de
Estados Unidos en octubre pasado.
En este sentido, el gobernante boliviano lamentó que el saliente
presidente estadounidense Bush haya utilizado medidas comerciales, como
es el caso de la ATPDEA, sólo con fines políticos.
Por ello, Morales confirmó que su administración estudia una
demanda contra Estados Unidos ante la Organización Mundial del Comercio
(OMC) por violación unilateral de las relaciones comerciales
internacionales.
Ese eventual recurso se presentaría en el marco del artículo 1 del
Acuerdo General de Aranceles y Comercio (GATT, por sus siglas en
inglés), bajo la cláusula de habilitación de la OMC, ya que Bush no
tomó en cuenta el cumplimiento boliviano de sus compromisos
internacionales antidrogas derivadas de la ATPDEA y, por motivos
políticos, no renovó las preferencias arancelarias a Bolivia.
Otros países andinos, como Colombia y Perú, se beneficiaron con la
extensión de esas preferencias por 12 meses más, a pesar de que no
cumplieron –a diferencia de Bolivia- con sus metas de erradicación de
coca ilegal e incautación de drogas. En ambos casos, al parecer,
primaron las afinidades políticas antes que los compromisos
antinarcóticos.
Hasta el pasado domingo 7 de diciembre, la Fuerza de Tarea Conjunta
(FTC) había erradicado 5.484 hectáreas de coca excedentaria y hasta
este viernes el Viceministerio boliviano de Defensa Social tenía
previsto incrementar esa erradicación a más de 5.500 hectáreas. Estos
números fueron certificados por la oficina especializada de la ONU.
La meta anual de erradicación de coca acordada con la comunidad
internacional era de 5.000 hectáreas para este 2008. Es decir, Bolivia
eliminó el 10 por ciento más de la superficie asumida a principios de
año.
Además, la Unidad Móvil de Patrullaje Rural (Umopar) incautó este
año más de 28 toneladas de cocaína y 1.112.000 toneladas de marihuana,
secuestró 2.586.000 dólares a las bandas del narcotráfico y detuvo a
3.419 sospechosos.
Del 100 por ciento de esa cocaína decomisada, nueve toneladas y 300
kilogramos (33%) era droga proveniente del Perú y que utilizaba como
tránsito el territorio boliviano.
En ese sentido, el Presidente boliviano sostuvo que nunca antes se
había logrado en el país 10.401 operativos antidrogas, y por ello
insistió en que la administración Bush consumó una vendetta política
contra un gobierno que dignificó a los bolivianos y reivindicó la
soberanía nacional por encima de la injerencia.
El pasado 10 de septiembre, Morales declaró persona non grata al
entonces embajador de Estados Unidos en Bolivia, George W. Bush, a
quien acusó de haber conspirado contra su gobierno al alentar el
frustrado golpe cívico – prefectural. Washington respondió con una
medida similar con el embajador Gustavo Guzmán.
Estas acciones pusieron en su nivel más bajo las relaciones
bilaterales entre ambos países, agudizadas por la decisión boliviana de
suspender las actividades de la Drug Enforcement Administration (DEA) y
de la Central Intelligence Agency (CIA) de territorio nacional, también
por injerencia en asuntos internos.
Sin embargo, Morales ratificó que las relaciones boliviano –
estadounidense puedan ser revalorizadas, una vez que el electo
presidente Barack Obama asuma la Casa Blanca el próximo 20 de enero.
Fruto del esfuerzo de las fuerzas antidrogas durante este 2008,
Bolivia también lograron secuestrar 48 inmuebles, 610 vehículos, 343
armas de fuego, 1.508 equipos de comunicación y seis avionetas a las
bandas de narcotraficantes.
Esas cifras oficiales desmienten que Bolivia “no cumplió” sus
compromisos de lucha contra el narcotráfico, argumento que utilizó Bush
para primero descertificar al país y, luego, para suspender los
beneficios de la ATPDEA a partir de este 15 de diciembre.
En ese contexto, el presidente Morales acusó a la administración
del saliente presidente de Estados Unidos de haber consumado un
atropello a los compromisos internacionales asumidos en la lucha contra
el narcotráfico, esfuerzo del que Bolivia, dijo, “es el país más
aventajado en América Latina en materia de lucha contra el
narcotráfico”.
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