Se trata de Sebastián Lucas Brunás, un cordobés de 31 años que hace cuatro se radicó en Ushuaia buscando un futuro, quiere ser inventor y ya creó dos dispositivos para discapacitados: una "parada de colectivos inteligente" y una novedosa rampa para personas con problemas motrices.
Pese a que sus inventos recibieron hasta el momento una suerte dispar y no lograron financiamiento para su desarrollo, Sebastián no perdió la esperanza y expresó a Télam que el sólo hecho de intentar "mejorar la calidad de vida de todos" lo "llena de satisfacción".
El invento de la parada de colectivos fue recogido por el portal del Programa Nacional para la Sociedad de la Información (PSI), en su sección de Apoyo Tecnológico para la Discapacidad, y consiste en el diseño de hardware y software para solucionar problemas de discapacitados audiovisuales en las paradas de colectivos.
Se trata de una columna de hierro con un gabinete en el extremo superior, donde hay dos pantallas de video para transmitir tanto en forma visual como sonora, en varios idiomas, el arribo del colectivo.
El monitor también puede emitir publicidad, el estado del tiempo, la hora, una señal de radio AM o FM y música funcional, según la configuración deseada.
Junto a Sebastián participaron de la creación su padre, Julio José Brunás, y Néstor Verón.
El incentivo de este invento fue sencillo, como lo relató Sebastián: "surgió al sentir lo difícil que es para nosotros saber qué colectivo viene en días de frío, lluvia, nieve y vientos intensos. Me pregunté cómo haría un ciego para saber cuál era su colectivo" recordó.
Entre otros inventos -que evita comentar hasta su patentamiento- Sebastián tuvo un buen suceso al presentar en Tierra del Fuego su "rampa para personas con discapacidad motriz", que en abril logró trascendencia en medios de comunicación y fue declarada de interés público por el Concejo Deliberante de Ushuaia.
La rampa fue emplazada en abril en el acceso al Centro de Actividades Alternativas para Discapacitados de Ushuaia y consta de un sencillo diseño que, sin embargo, generó grandes beneficios para estas personas.
Se trata de una rampa común reformada para que en el centro contenga un pequeño pasillo con escalones, para su uso por personas que transitan con muletas o adminículo semejante, o para quienes impulsan una silla de ruedas.
El inventor destacó la sencillez de su construcción y su bajo costo, que hacen muy simple su posibilidad de instalación en una ciudad en la que observó incontables barreras arquitectónicas.
"Vine a Ushuaia a buscar trabajo y ahora estoy como repositor en un supermercado. Me encantaría poder dedicarme sólo a los inventos, a hacer cosas para ayudar a la gente", expresó.
En la medida en que va inventado cosas y logra desarrollar sus modelos los va patentando, y busca quién podría desarrollarlos a una escala mayor.
"Si no están patentados no los presento, no los doy a conocer, porque ya tuve malas experiencias" agregó, recordando ocasiones en que sus inventos fructificaron en otras manos.
Indicó que actualmente trabaja "para conseguir algún tipo de apoyo económico o auspiciante para desarrollar la parada", la creación a la que más aprecio le guarda en su incipiente camino de inventor. (Télam)
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