Hace pocos meses, las inversiones llovían sobre la industria de los biocombustibles del Brasil, pero la crisis financiera mundial ha golpeado duramente a ese sector ahuyentando a las inversiones y el crédito.
Un importante fabricante de etanol se declaró en bancarrota en noviembre a fin de reestructurar una deuda de 100 millones de dólares estadounidenses que no podía pagar
“Yo estoy listo para poner en marcha todos mis planes, pero las oportunidades se han desvanecido”, se quejó Robert Rodrigues, un ex ministro de agricultura brasilero que tuvo que suspender sus planes de establecer una empresa procesadora de etanol debido a la ausencia de inversionistas extranjeros.
Muchas pequeñas o medianas empresas productoras de etanol terminarán siendo adquiridas por otras más grandes si las líneas de crédito solicitadas con urgencia a los bancos estatales no logran borrar sus deudas, vaticinaron varios participantes en una conferencia sobre biocombustibles en Säo Paulo esta semana.
Un importante fabricante de etanol se declaró en bancarrota en noviembre a fin de reestructurar una deuda de 100 millones de dólares estadounidenses que no podía pagar.
Analistas e industriales pronostican que habrá más crisis, y una agrupación gremial reportó que se ha cancelado o postergado el 50% de nuevos pedidos de equipos.
“Habrá más bancarrotas”, dijo Eduardo Carvalho, director del departamento de etanol y azúcar del conglomerado Odebrecht SA, una de las mayores empresas del Brasil.
Se estima que entre 30.000 millones y 40.000 millones de dólares estadounidenses en nuevas inversiones proyectadas para los próximos cuatro años en ese sector terminarán canceladas, dijo Marcus Jank, presidente de la Asociación de Productores de Caña de Azúcar, aunque no dio detalles.
La industria de los biocombustibles brasilera, fundada en la década de 1970 y ahora concentrada en el estado agricultor de Säo Paulo, desde hace tiempo es considerada un ejemplo a nivel mundial, y su método de fabricación de etanol a base de caña de azúcar es más barato y eficaz que los otros, entre ellos los de Estados Unidos de América, que usa maíz.
John Melo, presidente ejecutivo de la estadounidense Amyris Biotechnologies, dijo que la industria brasilera del etanol sobrevivirá porque la demanda de combustibles renovables a bajo precio seguramente se recuperará cuando vuelvan a subir los precios del petróleo.
Amyris
está colaborando con productores brasileros en una empresa conjunta que
proyecta producir 1.000 millones de galones de combustible a base de
caña de azúcar al año para el 2015.
Los gobiernos brasilero y
estadounidense están entretanto financiando proyectos de investigación
y desarrollo a fin de impulsar la creación de empresas de etanol en
Latinoamérica, pero la crisis financiera mundial seguramente ahuyentará
a las inversiones del sector privado, dijo a la AP el secretario de
Agricultura de los Estados Unidos, Edward Shafer.
La mayoría de las plantas productoras de caña de azúcar cuestan unos 200 millones de dólares estadounidenses, y procesan hasta unos 2 millones de toneladas métricas de caña anualmente, con una extracción de etanol de hasta 160 millones de litros.
El alcance de los perjuicios sufridos por una de las exportaciones más prometedoras del Brasil se desconoce todavía: el sector es dominado por empresas privadas que son propiedad de familias ricas, que atrajeron capital extranjeros pero no están obligadas a reportas el estado de sus finanzas al público.
Nadie piensa que el Brasil va a perder su condición de primer exportador mundial de etanol y de segundo en la lista de mayores productores, detrás de Estados Unidos, donde la industria parece haber sufrido pérdidas más grandes.
Ahora que el petróleo está a menos de u$s 50 el barril, los biocombustibles no son tan competitivos. Pero el etanol estadounidense, hecho con maíz, es más caro que el brasileño, en el que se usa caña de azúcar.
El petróleo debe estar por encima de los u$s 50 el barril para que el etanol resulte más barato que la gasolina. Los empresarios brasileros sostienen que su combustible será competitivo si el barril de petróleo cuesta más de 40 dólares.
El mercado nacional de Brasil suavizará el impacto si baja la demanda de etanol en el exterior. El país comenzó a fabricar autos alimentados por etanol en la década de 1970. En la actualidad, los autos que pueden funcionar con gasolina, etanol o ambos combinados representan el 90% del parque automotor.
Y, dado que la empresa estatal Petroleo Brasileiro fija los precios de la gasolina, el etanol generalmente cuesta casi la mitad que la gasolina. “Lo único que podría acabar con esta actividad sería el que no se construyesen más autos que funcionan con gasolina o etanol indistintamente, y eso no va a suceder”, manifestó el director administrativo de la firma alemana F.O. Licht, informó AP.
Todos los derechos reservados Copyright 2007
Terminos y usos del sitio
Directorio Web de Argentina
Secciones
Portada del diario | Ediciones Anteriores | Deportes | Economia | Opinion|Policiales
Contactos
Publicidad en el diario | Redacción | Cartas al director| Staff