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AMPLIARPablo De Muner festeja el primer tanto

Y una tarde volvió la alegría a la Ciudadela

Donde San Martín derrotó por 2 a 0 a Newells. De Muner y Antonio Ibáñez los goleadores. El equipo de Roldán volvió al triunfo cuando falta un partido para finalizar el campeonato. Menos público que en otros encuentros. Fue expulsado Leone.

La convicción para este encuentro arrancó en el banco de los santos.

De la mano de Roldán, luego de la paupérrima exhibición futbolística en Jujuy, el equipo santo mostró otra actitud  frente a los rosarinos. El técnico trabajó en la semana buscando la motivación del equipo para afrontar en el encuentro de ayer. Fue una semana llena de rumores. Se publico una posible lista de desafectados para el próximo año, y también una de futuros refuerzos.

Lo cierto es que el técnico del equipo tucumano realizó un cambio fundamental, antes del partido y durante el mismo. Sacó a Monge y puso a De Muner. Sacó a Daniel Vega, cuando los santos estaban con diez, ganando 1 a 0 e hizo entrar a Antonio Ibáñez. Más convicción que esa no se puede pedir para un conjunto diezmado emocionalmente.

Los cambios dieron resultado. Nadie extraño a Monge , y todos aplaudieron a De Muner. El defensor jugó bien e hizo el primer gol, a los 36 minutos del primer tiempo. Además transmitió mas seguridad en la defensa y por ende a todo el equipo, al igual que Gutiérrez, que no dio ningún rebote. La defensa estuvo firme , borró a Fabbiani, uno de los mejores delanteros del país, fue solidaria y expeditiva cuando era necesario.

En el medio hubo esfuerzo,  mucho esfuerzo en Pérez Castro, Serrano. Quinteros fue más preciso en las entregas y Ramiro Leone trabajó como en los viejos tiempos de marcador, siendo la rueda de auxilio de sus compañeros, en el medio.

Arriba volvió, por momentos , el Súper Ratón que trabajó muy bien aprovechando las ventajas que daban los pesados defensores rosarinos, y llegando al fondo para enviar los centros para Vega o Ibáñez. La entrada de este último fue determinante. Roldán leyó el partido como lo hacía antes y mandó al grandote sobrino del Ratón a buscar todas. Durante la semana fue una de las alternativas que manejó el técnico. Le salió bien. Cuando todo hacía prever, luego de la expulsión de Leone, que entraría un volante de contención, ingresó Antonio Ibáñez. Desborde del tío Gustavo por derecha centro al medio y el sobrino Antonio de cabeza convirtió el segundo gol a los 34 del complemento. Fue una jugada “familiar”, que sirvió para que la alegría se instalara , de nuevo, en la Ciudadela.

Inobjetable triunfo santo luego de los duros días vividos. Cambió  estrategia, camiseta, defensor, esquemas, banderas y, la tristeza  en alegría. Así es San Martín. Siempre pensando en el pueblo.

Daniel A. Villalba
villalbadaniel07@gmail.com