02/12/2008 - En General

Educación: el Partido Comunista uruguayo enfrentó al gobierno

El Partido Comunista Uruguayo (PCU) no acató el mandato imperativo de la bancada del Frente Amplio, del cual es miembro fundador, y votó en contra de la ley de educación ayer en Diputados. La misma actitud adoptará en el Senado. Pese al desacato, los integrantes del Frente Amplio (FA) esconderán esta nueva crisis en la interna del gobierno hasta que se realice el congreso de la coalición de izquierda el 13 y 14 de diciembre, que definirá el tema de la candidatura. Por R. Rosi y D. Igleas, del País.

La intención es no tensar más la caldeada interna, dijeron a "El País" fuentes oficialistas.

"Soy representante de un partido arraigado en la clase obrera y el pueblo, y me tiembla hoy la voz pero no me temblará el brazo al no votar esta ley". Las expresiones de la maestra y diputada comunista Alicia Pintos, pronunciadas con más sentido político que docente, tuvieron doble efecto: detonaron la violenta reacción de los ocupantes de las barras en la Cámara de Diputados que debieron ser desalojados, y a la vez sumieron al FA en un nuevo desconcierto.

La Cámara de Diputados sesionó en medio de gran tensión y con la atenta y -hasta entonces- silenciosa mirada de los asistentes a las barras.

"El proyecto no es el que la sociedad y el país reclaman. Lástima que no haya habido un consenso nacional, sobre todo con los actores (de la educación). Queremos cambiar la ley, pero así no, así no", subrayó Pintos. La maestra sustituyó en la sesión de ayer al titular de la banca de la 1001, Doreen Ibarra, que viajó a Panamá a una reunión del Parlamento Latinoamericano.

Durante toda la jornada el resto de la bancada del FA intentó que cambiara de posición y votara la ley, o al menos que se retirara de sala, como hizo el diputado por Maldonado, Darío Pérez (Cabildo). Incluso trataron de que no pronunciara su discurso, que había traído al Parlamento escrito a máquina en tres hojas. Cuando se le dio la palabra, el silencio fue casi sepulcral. Pintos venía mandatada por la dirección del PCU de votar en contra, sin importar las consecuencias en el FA.

"Somos conscientes de nuestros actos, y estamos dispuestos, como Partido Comunista, a transitar todas las instancias orgánicas", dijo Pintos.

La legisladora hizo fuertes objeciones a la ley y dejó claro de qué lado estaba: reconoció que intentó persuadir sin éxito a las autoridades frenteamplistas para que no la obligaran a votar y se preguntó: "¿cómo levantar la cabeza para mirar a los padres y maestros que nos acompañaron en las luchas pasadas, y a los trabajadores y estudiantes que rodean el Palacio, o al Congreso del Pit-Cnt, todos quienes refrendaron su rechazo a este proyecto de ley?".

La barra estalló en un solo grito. Sus integrantes, todos sindicalistas de la enseñanza, lanzaron volantes con consignas en contra de la ley, y cantaron: "¡Se escucha, se escucha, arriba los que luchan!", "¡A la enseñanza la defiende el pueblo!", y "¡El pueblo unido jamás será vencido!".

Mientras eran invitados a abandonar el recinto, algunos gritaron "¡traidores!" a los diputados frenteamplistas y les mostraban el dedo mayor de sus manos hacia arriba. Otros, el puño cerrado.
Tras los incidentes y el desalojo, el FA pidió interrumpir la sesión por una hora y media. Los integrantes de los sindicatos se agolparon en la puerta del Palacio Legislativo aguardando la salida de los legisladores. La policía legislativa forcejeó con algunos manifestantes que intentaron ingresar por la fuerza al Palacio y se cerró la puerta de acceso al edificio.

"¡Perros alcahuetes!", gritaron exaltados los manifestantes. Por entre las rejas de las puertas, escupieron a policías, funcionarios y periodistas. Minutos más tarde se alejaron hacia la zona donde estaba la carpa docente.

Más tarde se reanudó la sesión. Pintos entró en sala y votó en contra de su bancada.

Auto exclusión. Inútiles fueron las gestiones que realizó el presidente FA, Jorge Brovetto, para intentar revertir la decisión del PCU de votar en contra de la ley de educación promovida por el Poder Ejecutivo. Esas gestiones habían comenzado el viernes y siguieron hasta ayer.
El PCU había anunciado que por "principios" no iba a respaldar la ley, aunque con ello desconociera una resolución de la Mesa Política del FA y de la bancada oficialista de votar en bloque. Brovetto intentó persuadir al secretario general comunista, el senador Eduardo Lorier, pero fue inútil.

Ante la negativa, Brovetto se comunicó con el resto de los líderes sectoriales, entre ellos los senadores Danilo Astori y José Mujica -ambos precandidatos presidenciales del FA-, para "flexibilizaran" su posición y evitar que se sancionara al PCU ante el clima de crispación que reina en la coalición.

La actitud de Brovetto obedeció a que si se aplicara la normativa interna, los comunistas deberían pasar al Tribunal de Conducta Política, o en su defecto pasar a la "auto exclusión" tal como ocurrió con el ex tupamaro Jorge Zabalza, cuando en 1997 votó en contra de la concesión del Hotel Casino Carrasco, bajo la primera intendencia de Mariano Arana.

La posición del PCU fue analizada ayer por la Mesa Política del FA. Los comunistas alegaron que tenían derecho a votar en contra, luego que les fuera negado el mecanismos de "libertad de acción", solicitado el viernes a la bancada oficialista de la coalición de izquierda.

"Soy un tipo de izquierda. Y no voy a votar esta ley por eso mismo. Me hago cargo de cualquier consecuencia", dijo el diputado por Maldonado, Darío Pérez (Cabildo -Espacio Frenteamplista).
Para el legislador, la opinión pública está "ausente, lejana" del debate por la ley de educación.

"La opinión de los docentes y estudiantes es primordial", dijo Pérez. "La ley no tuvo en cuenta a quienes más saben del tema. Las opciones que tengo son votar en contra de esta ley o retirarme de sala", sostuvo poco antes de irse.

La bancada oficialista no aceptó la solicitud de "libertad de acción" que reclamó el Partido Comunista, consciente que otros legisladores se acogerían al mecanismo para no votar la norma, entre ellos Pérez.

Si los estudiantes y docentes dicen no, y la Universidad dice sí pero con reformas, esto es un parto con fórceps. El gurí no quiere salir o está trancado en el canal de parto".