Río de Janeiro,(Télam), por Cecilia Aldini, enviada especial).- Gran parte de los 150 millones de niñas y 73 millones de niños menores de 18 años que han sido obligados a mantener relaciones sexuales fueron abusados en sus propias casas, afirmaron ayer especialistas que participan en Brasil del III Congreso Mundial contra la Explotación Sexual Infantil.
El abuso sexual que sufren niños y adolescentes en sus propios hogares, en escuelas, clubes o iglesias, entre otros ámbitos que les son familiares, es el tema destacado de este congreso en el que participan 137 países del mundo, entre ellos Argentina.
Un estudio de las Naciones Unidas de 2006, basado en datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y dado a conocer hoy en el cónclave por especialistas de UNICEF, alertó sobre la preponderancia de estos hechos en los hogares: en algunos países, del total de niños abusados, el 80% lo fue en su propia casa.
"Los niños, niñas y adolescentes abusados en sus hogares u otros ámbitos familiares como el club o las iglesias son más vulnerables a futuras formas de explotación sexual", dijo Ann Veneran, directora ejecutiva de UNICEF, el organismo de las Naciones Unidas que se dedica a temas de infancia.
"También hay preocupación por los casos de violencia sexual en ámbitos educativos", añadió.
Veneran señaló además que "la relación sexual se define por el ánimo de lucro o por la explotación de una relación de poder entre un menor y un adulto, en quien éste confía, y puede ocurrir en cualquier lugar: en la casa, en la escuela, en el trabajo o en las computadoras".
Kevin Lalor, experto del Instituto Tecnológico de Dublín, sostuvo que "la baja autoestima y una sexualidad traumatizada, son dos de los factores que pueden favorecer o incidir para que en un hogar haya abuso sexual infantil".
Lalor destacó la influencia del embarazo precoz, las carencias habitacionales y de otros problemas sociales como el consumo de drogas y el alcoholismo, como facilitadores de la explotación sexual intramuros.
Según el estudio difundido por UNICEF, los causantes de los abusos denunciados suelen ser miembros varones de la familia (tíos y hermanos, fundamentalmente), seguidos de padres y padrastros, y ocasionalmente, también mujeres.
En América Latina y el Caribe hay 2 millones de casos anuales de abuso sexual en el entorno familiar, lo que significa un promedio de 228 casos por hora, informó UNICEF.
Además, 80.000 menores de 18 años mueren cada año en la región por violencia interfamiliar, en muchos casos con impunidad.
La especialista argentina Irene Intevi, propuso "una interrelación de servicios sanitarios y educativos para coordinar la protección de los niños" y pidió que "los programas sean accesibles a todas las familias".
"Hay que trabajar con los varones para estimular una masculinidad positiva, constructiva, protectora y no violenta", dijo y destacó que "es imprescindible garantizar espacios para atender la seguridad de niños en escuelas, clubes y otros ámbitos".
Intevi indicó también que "los gobiernos tienen la obligación de proteger a niños, niñas y adolescentes, aún contra el abuso cometido dentro del hogar, y para lograrlo es necesario utilizar estrategias sostenidas".
Para Rosilea Wille, funcionaria del gobierno de Brasil, "la escuela debe ser una red de protección de la niñez" en su país, donde "se ha victimizado al 12% de 56 millones de niños, niñas y adolescentes menores de 14 años".
Responsable del programa "La Escuela que protege", que realiza el Ministerio de Educación de Brasil, Wille mencionó la necesidad de "trabajar con los docentes que aún se resisten a revisar sus propios prejuicios, para lograr un vínculo afectivo y de respeto al niño".
Su iniciativa consiste en incorporar contenidos a la currícula y capacitar a los docentes, porque "la violencia sexual ejercida contra el niño, sea o no con fines comerciales, es el motivo que más víctimas ha provocado en la población infantil, por encima de su condición económica, social o étnica".
Entre los 300 chicos que participan del III Congreso Mundial contra la Explotación Sexual Infantil, se destacó Cristofer Gamboa, de 12 años, quien hoy se lamentó de que los padres no le crean a su hijo cuando éste les asegura que está siendo abusado.
"Esta es mi oportunidad para pedir por los niños que sufren en su alma y en sus corazones, porque muchas veces ellos les dicen a sus padres y sus padres no les creen", dijo un emotivo Cristofer en representación de todas las víctimas. (Télam)
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