El codefensor Público Oficial, Edgardo Rodolfo Bertini, aseguró que Bussi se asemeja a un enfermo en estado terminal. Ayer se realizó la declaración indagatoria sobre la desaparición del ododntólogo Hugo Alberto Díaz. Con la estrategia de su estado de salud, la defensa intenta anular los procesos judiciales que se siguen en contra del represor. El juez federal Daniel Bejas desestima sistemáticamente estas peticiones y continúa con los juicios.
Las múltiples apelaciones de la defensa tienden a ganar tiempo y obstaculizar el avance de la justicia.
El codefensor del represor Antonio D. Bussi considera que los exámenes médicos previos a las declaraciones son discutibles. “Los chequeos arrojan un resultado normal, debido a que se encuentra estable por la medicación que recibe. Los mismos resultados podrían observarse en un paciente terminal”, refirió.
También informó que los informes del médico de cabecera de Bussi, lo encuentran no apto para declarar.
Esta misma estrategia fue empleada por la defensa antes del juicio por la desaparición de Vargas Aignasse. En aquella ocasión, el médico auditor de la Corte Suprema de Justicia de la Nación se trasladó a nuestra provincia para determinar, finalmente, que Bussi se encontraba apto para comprender las acusaciones, defenderse y ser juzgado.
Por otra parte, el defensor aceptó que el acto procesal se ha cumplido. Aunque objetó que no se habrían dado los requisitos formales de la ley. “Si bien se realizó la lectura de los hechos y todas las pruebas se encuentran, físicamente, en el recinto donde ocurre la audiencia, su análisis se hace imposible dado su gran volumen”, referir.
Bertini también reconoció que habrán nuevas declaraciones antes de fin de año.
Por otro lado, TucumánHoy.com conversó con Silvia Frías, viuda de Díaz, quien sostuvo que a su marido lo secuestraron en la madrugada del 8 de Junio de 1976.
“Esa noche, nos encontrábamos en nuestro domicilio. A las 3 de la mañana, un comando de encapuchados rompió la puerta”, relató.
El odontólogo fue trasladado a la Jefatura de Policía de la Provincia., tuvo contacto con Raúl Elías, quien, en ese momento, se encontraba en una celda vecina y contaba aproximadamente 18 años. Allí
Díaz le pidió a Elías que, cuando salga, le comunique a su mujer, embarazada, que se encontraba bien. Fue su última noticia.
Treinta y dos años después, Elías está dispuesto a declarar lo que vivió esa noche.
Por su parte, Silvia se mudó a Barcelona (España) en 2001. En 2007 se enteró que las “leyes del perdón” fueron anuladas, lo que motivó su retorno para exigir justicia en los tribunales de la provincia.
El secuestro del odontólogo Díaz no es el único ilícito que reveló Frías. También recordó el robo de dos automóviles, que luego fueron impunemente utilizados por la policía en los días posteriores a la desaparición de su esposo.
Juan Villarrubia
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