18/11/2008 - En General

Salta: Comunidad colla reclama por la posesión de tierras

Un grupo de integrantes de comunidades coyas marchó ayer por las calles de la capital salteña, para pedir el reconocimiento de la posesión ancestral del territorio Qullamarka, de 1.025.000 hectáreas.

"Llegamos a la ciudad porque hay muchas cosas que no se están llevando a cabo, principalmente el tema de la titularización y el reconocimiento de la posesión ancestral del territorio del Qullamarka, que es alrededor de un millón de hectáreas", expresó el vocal de la comunidad coya Tinkunaku, del departamento Orán.

El vocero de la protesta comentó que la intención de los manifestantes, que arribaron desde las localidades de Iruya, Nazareno, Santa Victoria Oeste, Orán, Finca Santiago y Los Toldos, es reunirse "con la máxima autoridad para agilizar todos los puntos pendientes, que ya están conversados".

Semanas atrás, miembros de estas comunidades se entrevistaron con el ministro de Ambiente y Desarrollo Sustentable de Salta, Julio Nasser, para presentarle una propuesta de ordenamiento territorial de 1.025.000 hectáreas, que comprenden el territorio ancestral del pueblo coya, para su preservación.

Los protagonistas de la marcha llegaron ayer a la ciudad de Salta y se concentraron en el anfiteatro del parque San Martín, donde hoy realizaron una ceremonia de ofrenda a la Pachamama, tras lo que se movilizaron por las calles de la ciudad. 

Al llegar frente al Museo de Arqueología de Alta Montaña (MAAM), solicitaron que los "Niños del Llullayllaco", que son tres cuerpos criopreservados de más de 500 años, sean devueltos al lugar en el que fueron hallados.

Estos cuerpos, que permanecen en el MAAM, donde son expuestos de a uno por vez, fueron encontrados en 1999, durante una expedición de la National Geographic, encabezada por el científico Johan Reynhard e integrada por especialistas argentinos.

Las momias, declaradas las mejores conservadas del mundo, fueron extraídas de la cima del volcán salteño Llullayllaco, a más de 6.700 metros de altura sobre el nivel del mar, donde habían sido enterrados en el marco de una ofrenda de la cultura inca.

Luego de pedir por los niños exhibidos en el museo, la marcha siguió su camino a la Legislatura provincial y la casa de gobierno. (Télam)