Unos 40 jóvenes, alumnos de la Escuela de Suboficiales de la Armada, eligieron la música para que los acompañe durante toda su carrera naval.
Oriundos de diferentes ciudades del país serán parte de las Bandas de Música de la institución.
Entre ellos, se encuentra Catari Ari Willy Wilfredo, oriundo de Lules, Tucumán. Catari se destaca por su aptitud musical tocando el trombón en la banda de la escuela.
Tiene 24 años y es aspirante naval de segundo año. Ingresó a principios de 2007 por dos motivos: “mi papá me motivó a seguir una carrera militar porque él hace mucho tiempo fue militar; y también en el secundario nos dieron charlas y fueron todas las fuerzas de seguridad para que las conociéramos”, contó en detalle el joven tucumano.
“No tenía conocimientos de música; primero quise ser maquinista pero hoy del ámbito naval me gusta la banda, y cada vez que la veo desfilar, y tocar; es lo más lindo para mí. Ojalá a fin de año ya esté ahí y es un sueño hecho realidad porque venir desde tan lejos y ser uno de los integrantes de la banda de música, está muy bueno”, dijo Catari.
En la Armada, Catari descubrió una vocación y una profesión particular; junto a 17 compañeros de curso a fin de año se recibe de Músico Naval.
“La Armada es una oportunidad para seguir lo que uno desea y que pocas veces se da; así que hay que aprovecharla. Servir a la patria es estar dispuesto a lo que necesite el país de mí, y allí estaré”, concluyó.
Catari nació el 25 de agosto de 1984 en Lules y se crió allí hasta su adolescencia. Luego, en busca de su destino, este joven tucumano ingresó en el 2007 a la Escuela de Suboficiales de la Armada.
”Fui a la Delegación Naval y los suboficiales que estaban allí, me asesoraron sobre las materias y me anoté. A la semana le dije a mi papá que me acompañe a la delegación y empecé a prepararme. Me costó mucho pero con esfuerzo estoy acá a punto de recibirme”, confesó.
En su familia son 6 hermanos, cuatro varones y dos mujeres. Él es el segundo y la hermana más chica está en primer grado, tiene 6 años y “me extraña mucho”, contó. “También mi mamá. Mi familia quiso que yo tuviera un futuro pero le costó porque me tenía que ir lejos de ellos. Soy el primero y único de sus hijos que se fue lejos, y que está estudiando una carrera militar”, agregó. El papá es zapatero y la mamá ama de casa. “Mi hermano mayor es zapatero como mi papá”, contó.
“En la licencia que me dan, voy a Tucumán; pero ellos no han podido venir aún, aunque este año yo creo que los voy a traer para el egreso. Siempre que nos reencontramos nos cuesta desprendernos”, dijo.
Los recuerdos de su ciudad natal están relacionados con la familia, disfrutar los fines de semana, los almuerzos y a la tarde salir con amigos. “Siempre nos juntamos en una casa y comemos pizza, salimos a bailar y vamos al cine. Mi mejor amigo, José Miguel Suárez, es fanático de Harry Potter y me espera para los estrenos”, se sonrió con cierta nostalgia en los ojos.
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