09/11/2008 - en general

Luis D´Elía : "La disyuntiva vuelve a ser oligarquía o pueblo"

El presidente de la Federación de Tierra y Vivienda (FTV) Luis D`Elía, afirmó que entre los muchos desafíos políticos que se presentan para el kirchnerismo se encuentran la “construcción de una fuerza que nos permita consolidar los logros porque estamos convencidos que los ataques de la oligarquía -que se ve despojada de sus privilegios económicos- arreciarán en el día a día”.

Esta es la reproducción textual:

"Voy en la camioneta escuchando radio Continental y me sorprende el diálogo entre Magdalena Ruiz Guiñazú y Víctor Hugo Morales, exaltando ambos las virtudes éticas de Antonini Wilson (famoso agente de la CIA ) y calificando de saqueo el proyecto de ley que consagraría la administración estatal de los fondos privados de jubilaciones y pensiones, y me digo a mí mismo en voz baja y en la soledad del vehículo: ¡Qué poder tienen estos tipos! Y me surge “la” pregunta que nos hacemos, en el campo del pueblo, los que soñamos con una Argentina para todos: ¿qué hay que hacer para cambiar la correlación de fuerzas políticas en nuestro país que inaugure un nuevo tiempo?

La primera respuesta que se me ocurre es que en un país en el que hace más de cincuenta años, salvo en períodos militares o en tiempos de traición (Menem), quien tuvo el gobierno no tuvo el poder, sobre todo el económico, si se lograra la aprobación parlamentaria de la administración por parte del Estado de los fondos de los trabajadores que hoy maladministran las AFJP, el gobierno de Cristina Fernández, de indudable raigambre popular, lograría por primera vez en décadas la unificación en sus manos del poder político y económico de la nación. Lo que justifica la enardecida respuesta de banqueros y ruralistas, seguidos de una caterva de voces y plumas compradas, que no tienen más patria que su propia billetera, y que ven que les espera un futuro complicado a la hora de conspirar contra los intereses nacionales y populares. Ya nunca más ningún “gerentucho” de algún medio podrá proclamarse como otrora “presidente en las sombras de la Argentina ”.

La comprensión de la sociedad y el artesanal tejido de consensos transformarán estos debates en el mayor avance, entre otros avances acumulativos del pueblo argentino en el último quinquenio.

El otro desafío en ciernes es cómo garantizamos la construcción de una fuerza que nos permita consolidar los logros, porque entendemos que a partir de aquí los ataques de la oligarquía que se ve despojada de sus privilegios económicos y de sus instrumentos de poder condicionante arreciarán en el día a día. La antinomia, aunque no quisiéramos, vuelve a ser banqueros y ruralistas contra el resto de la sociedad argentina. O sea, aunque no le guste a Joaquín Morales Solá, la disyuntiva vuelve a ser oligarquía o pueblo.

En este contexto no puedo entender cómo compañeros de Libres del Sur afirman categóricamente que hay un giro a la derecha de Néstor Kirchner o cómo el movimiento Evita, a través del querido compañero Chino Navarro, afirma que está decepcionado con Kirchner después de la presentación de listas del PJ, en especial en la provincia de Buenos Aires; o bien algunos compañeros cercanos a los sectores más comprensivos de la CTA preanuncian coletazos de la crisis internacional en nuestro país, que en lo inmediato generarían convulsiones sociales, dicho esto al solo efecto de justificar un armando alternativo del progresismo blanco de centro-izquierda, con Martín Sabatella a la cabeza.

Creo que no se puede confundir lo táctico con lo estratégico y que no se puede valorar un proceso político de acuerdo a la suerte personal o grupal que tengamos en el mismo. Primero la patria, decía el General Perón, lo recuerda alguien que sabe perfectamente de los dolores y maltratos que recibimos los movimientos sociales en el marco del kirchnerismo.

Personalmente creo que es correcta la decisión de Néstor Kirchner de conducir el partido justicialista, que viene de traicionarse a sí mismo en la segunda década infame del siglo XX, en donde sus estructuras abonaron el neoliberalismo conservador, las relaciones carnales con el imperio, el remate del Estado argentino, el indulto, la impunidad y el olvido de los dictadores, la flexibilización de derechos de nuestros trabajadores, entre otras lacras. Ese partido justicialista, con Néstor Kirchner a la cabeza, tiene la maravillosa posibilidad de volver al peronismo.

Comparto la visión de muchos nuevos dirigentes de ese partido que vienen reemplazando particularmente, en el conurbano de Buenos Aires, a lo que en la jerga política se dio en llamar los “barones del conurbano”, ocurrente y oportuna afirmación para caracterizar las secuelas mafiosas, feudales y autoritarias dejadas por el duhaldismo.

Esta novel dirigencia ya dice a quien quiera oírla que hay que ganar el PJ, en particular su legalidad institucional, el día treinta de noviembre, para congelar la estructura al día siguiente y priorizar el rearmado del movimiento nacional y popular que debe interpretar a todas las identidades políticas originales que abrevan en el Frente para la Victoria , y en particular a los sectores sindicales y sociales que iluminaron la pelea contra el menem-duhaldismo en las horas aciagas de la patria.

Kirchner debiera convocar a todos los sectores que integramos el Frente para la Victoria para constituir una conducción colectiva que nos organice, que abra espacios de discusión política y que fundamentalmente despeje del corazón y la cabeza de miles de honestos compañeros las posibilidades del tan pregonado hegemonismo “pejotero”, fomentado por los mismos que a la hora de las crisis más severas discutían “el poskirchenerismo” y se sorteaban las vestiduras del propio Néstor Kirchner y de Cristina Fernández.

Que esta victoria estratégica que se avecina y que modifica radicalmente las relaciones de poder en nuestro país las vivamos con mucha humildad y respeto por aquellos que lo han dado todo en aras de lo nuevo para que podamos tener una patria para todos".