El sábado a las 22 “Popesku debe morir”, del Grupo Silfos Cooperativa Teatral. El domingo a las 21, “Personalmente Einstein”, del Equipo Teatral Dominó. Ambas puestas se realizarán en el Virla. El Ciclo se desarrolló durante todo octubre con importante cantidad de espectadores.
Dos espectáculos, dos estéticas distintas.
El sábado a las 22, Popesku debe morir
Ficha técnica
Actores: Fernando Godoy, Diego Borges, Leandro Ortega, Sebastián Zamora. Edición de sonido: Juan Pablo Darmanin. Diseño de vestuario: Silfos Teatro. Escenografía: Raúl Sabater. Diseño Gráfico: Mural Design. Producción ejecutiva: ¿Por qué no antes? Asistente de Dirección: Belén Mercado. Texto, Dirección y Puesta en Escena: Guillermo Montilla Santillán.
¿Qué pasaría si hoy dijéramos basta? ¿Qué consecuencias puede arrastrar el indiscriminado abuso de poder? ¿Qué acciones pueden gestarse en la mente de un hombre, fruto de las oscuras vejaciones de los césares que gobiernan un país?
Cuatro hombres, -un idealista sin remedio, un hijo de inmigrantes rusos cuyo padre luchó en Leningrado, un actor sin trabajo y un pasante del Museo Nacional- han decidido llevar a la acción una loca idea: Matar al primer mandatario de su país, con el objeto de demostrar a sus compatriotas que debajo de esa doliente apatía en que dormita su tierra, aún hay hombres con el tesón suficiente para decir "No, basta".
El domingo a las 21, Personalmente Einstein
La obra terminó su ciclo la semana anterior. Sin embargo realizará una última presentación en el marco del Segundo Octubre Teatral
Ficha Técnica
Autor: Gabriel Emmanuel. Actor: Juan Tríbulo. Producción ejecutiva, Versión y Dirección: Leonardo Goloboff. Bruno Schwebel. Mariana Ezcurra.
Einstein tiene 70 años. No puede, o no quiere, focalizarse en un solo tema. Su mente salta de la explicación del porqué de la fuerza de gravedad, de la interacción entre luz y materia, de sus conceptos de espacio y tiempo, a datos de su historia doméstica, su infancia, el recuerdo de sus padres, su amor por la música, la anécdota de la brújula, sus mudanzas, sus años de estudio en el Instituto Politécnico de Zurich, sus matrimonios con Mileva y Elsa, su Premio Nobel, la llegada de Hitler al poder, su traslado a Estados Unidos, su alerta a F. D. Roosevelt sobre la bomba atómica, su labor en la Universidad de Princeton.
Lo verdaderamente atrapante del texto, es descubrir el costado humano del genio, sus dudas, sus frustraciones, sus pasiones, sus debilidades, sus errores. "Dios no juega a los dados con el mundo", reflexiona, resistiéndose a la dictadura del azar. "¡Triste época la nuestra! Es más fácil desintegrar un átomo que un prejuicio", advierte sobre los males de la intolerancia y la estrechez mental.
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