Científicos británicos identificaron que el odio se produce en la zona cerebral que comparte estructuras que se activan con el amor romántico.
Para la investigación -realizada en la Universidad de Londres y publicada en la revista de la Biblioteca Pública de Ciencia-, los científicos analizaron a varios voluntarios mientras miraban fotografías de alguien a quien odiaban.
Así descubrieron que se activaban una serie de circuitos cerebrales en un área del cerebro que comparte ciertas estructuras asociadas al amor romántico.
"El odio es, a menudo, considerado una pasión malvada que debe ser reprimida, controlada y erradicada", explicó el director del estudio, Semir Zeki, según difundió la BBC en su portal. "Pero para los neurobiólogos -agregó- el odio es una pasión tan interesante como el amor".
"Porque igual que el amor, el odio a menudo parece ser irracional y puede conducir al individuo a conductas heroicas o malvadas. ¿Cómo es posible que dos sentimientos tan opuestos conduzcan al mismo comportamiento?", se preguntó Zeki al iniciar este estudio.
El científico y su equipo se concentraron específicamente en el odio que siente el ser humano hacia otro individuo, al observar a 17 voluntarios, tanto hombres como mujeres, elegidos porque dijeron sentir profundo odio hacia otra persona.
Los científicos realizaron escáneres cerebrales mientras los participantes miraban tanto la fotografía de la persona odiada, como fotografías de rostros "neutrales" que les eran familiares.
"Cuando miraron el rostro de la persona odiada -señalaron los autores- se produjo actividad en zonas cerebrales que pueden ser consideradas como el "circuito del odio".
Este circuito del odio incluye estructuras en la corteza y la subcorteza cerebral y tiene componentes que también se activan cuando se genera una conducta agresiva.
Pero según indicaron los investigadores, lo que más los sorprendió fue descubrir que el circuito del odio también produce actividad en dos estructuras de la subcorteza cerebral: el putamen y la ínsula, que también se activan con el amor romántico.
"Pero no es tan sorprendente considerando que el putamen también podría estar involucrado en actos agresivos en un contexto romántico, como en situaciones donde un rival presenta una amenaza", dijeron los investigadores.
Los científicos también descubrieron una diferencia importante en la actividad cortical que producen tanto el odio como el amor.
"Mientras que en el amor grandes partes de la corteza asociadas al juicio y razonamiento se desactivan, con el odio sólo se desactiva una pequeña zona", explicaron los autores.
Los investigadores creen que esto es sorprendente si consideramos que el odio también es, como el amor, una pasión que nos consume totalmente.
Pero mientras que en el amor romántico el amante pocas veces es crítico o juzga a la persona amada, en el contexto del odio, el que odia utiliza su criterio y es calculador para hacer daño, herir o vengarse de la persona odiada.
Otra diferencia es que el amor romántico está dirigido a una sola persona, pero el odio puede ser experimentado contra varios individuos o grupos, como en el caso del odio racial, político o sexual. (Télam).
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