El Instituto de Altos Estudios Espaciales “Mario Gulich” forma especialistas de diferentes disciplinas en el manejo de datos satelitales a fin de predecir la aparición de enfermedades tales como el hantavirus, el dengue, el mal de Chagas, y el paludismo, entre otras. Desde el espacio es posible analizar las condiciones ambientales que influyen en la propagación de diversas patologías. Instituto Leloir.
“Nuestra misión es convertir la información espacial en productos de utilidad para la sociedad", dijo el doctor Carlos Marcelo Scavuzzo, jefe de la unidad de Consultoría en Aplicaciones Espaciales de Alerta y Respuesta Temprana a Emergencias (CAEARTE), de la CONAE.
“Con la mirada desde el espacio hacia la Tierra” podría llamarse uno de los tantos proyectos que desarrollan científicos del Instituto de Altos Estudios Espaciales “Mario Gulich”, creado por un convenio entre la Universidad Nacional de Córdoba y la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE), y que está ubicado en el Centro Espacial “Teófilo Tabanera” de la CONAE en la provincia de Córdoba.
“Nuestra misión es convertir la información espacial en productos de utilidad para la sociedad. En particular desarrollamos herramientas para que la tecnología espacial esté al servicio de la salud de la gente”, señaló a la agencia CyTA , el doctor Carlos Marcelo Scavuzzo, jefe de la unidad de Consultoría en Aplicaciones Espaciales de Alerta y Respuesta Temprana a Emergencias (CAEARTE), de la CONAE.
“Contamos con fuerte apoyo de la Agencia Espacial Italiana (ASI), que se ha incorporado al Consejo Académico del Instituto y ha hecho importantes contribuciones en equipamiento informático, y también tenemos el respaldo del gobierno italiano, que otorga becas de capacitación” puntualizó el doctor Marcelo Oglietti, director del Instituto Gulich. Y agregó: “Las actividades y principales proyectos de este Instituto están orientados a la aplicación de la tecnología y la información espacial en dos temas de interés: las emergencias naturales y aquellas que tienen origen en la actividad humana, en particular en las etapas de prevención y alerta temprana, y la epidemiología panorámica, para la determinación de zonas de riesgo de enfermedades endémicas y control de epidemias”.
De acuerdo con Scavuzzo, las fotos satelitales pueden servir para realizar estudios epidemiológicos. “Hay muchas enfermedades que tienen vinculación con el medio ambiente, ya sea en forma directa, o a través de vectores que transmiten enfermedades como el dengue, la malaria o el hantavirus. Entre otros factores, su propagación está regulada por condiciones ambientales”, explicó durante la realización del curso de periodismo científico del Programa de Comunicación Pública de la Ciencia, organizado por el Ministerio de Ciencia y Técnica de Córdoba.
En la actualidad un equipo de investigadores del Instituto Gulich monitorea las condiciones ambientales en distintas regiones del país.
¿Cómo se realiza un monitoreo epidemiológico por medio de satélites? Scavuzzo explicó que “no hay satélites especiales para trabajar en epidemiología panorámica. Todos brindan información complementaria, de uno puedo sacar la temperatura del suelo, de otro el tipo y cantidad de vegetación, la altura del territorio o detectar los cuerpos de agua”.
Esos datos se consiguen a través del satélite argentino SAC-C y otros pertenecientes a agencias espaciales del exterior con las que se mantienen convenios.
Con los datos de esos satélites, es posible armar un “rompecabezas” y generar mapas de riesgo de posibles epidemias o propagación de enfermedades a fin de tomar medidas de prevención.
El Instituto Gulich ha firmado convenios para proveer información al Ministerio de Salud de la Nación, a la Coordinación Nacional de Control de Vectores, al Ministerio de Salud de la Provincia de Santa Fe, de Río Negro, de Córdoba, así como también a varias universidades nacionales.
Para Scavuzzo la epidemiología panorámica no es la solución a las enfermedades, pero ofrece una valiosa herramienta tecnológica que, se suma a otros métodos disponibles para realizar análisis epidemiológicos.
El nivel académico y la experiencia acumulada por los especialistas del Instituto Gulich están cobrando importancia a nivel regional. “Además de capacitar a científicos argentinos, se ha constituido en un centro de formación de investigadores de América Latina. Vienen de Brasil, Cuba, Ecuador, Paraguay y Perú, entre otros países, en cursos de capacitación en el uso de la información satelital, para llevar adelante proyectos en sus propios países”, señaló el especialista.
El Instituto Gulich proyecta ofrecer el próximo año especializaciones en grado de maestría y doctorado. En el área de la salud, por ejemplo, reunirá a sanitaristas, hidrólogos, biólogos, climatólogos y expertos en sensores remotos para que utilicen datos satelitales en modelos predictivos de ocurrencia de enfermedades humanas, tales como el hantavirus, la fiebre hemorrágica argentina, el dengue, el mal de Chagas, el paludismo, la leishmaniasis y la malaria, proyectos en los que actualmente se está trabajando.
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