Dijo el doctor José Valentín Lolich, director del Instituto Balseiro. El Organismo Internacional de Energía Atómica, que depende de la Organización de las Naciones Unidas, designó al Instituto Balseiro como Centro de Colaboración para Latinoamérica y el Caribe en lo que se refiere a la formación de profesionales en tecnología nuclear y sus aplicaciones pacíficas. Instituto Leloir
El próximo 10 de noviembre, el Instituto recibirá el premio Konex de Platino, como reconocimiento a su trayectoria de más de 50 años.
No todo en Bariloche gira alrededor del turismo. En los alrededores del lago Nahuel Huapi se desarrollan proyectos científicos que están cobrando importancia no sólo dentro del país sino también para la región. El Instituto Balseiro (IB) ha sido nombrado en agosto de 2008 como Centro de Colaboración del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) para la formación de recursos humanos en tecnología nuclear y sus aplicaciones pacificas. “Nuestra misión será formar profesionales para toda América Latina y el Caribe”, señala el doctor José Valentín Lolich, director del IB.
“Desde hace ya bastante tiempo, que el IB lleva adelante actividades como centro regional de capacitación, lo que se ha concretado ahora es su designación formal en ese ámbito”, explica Lolich. Y continua: “Todos los años el Balseiro recibe numerosos profesionales latinoamericanos para su maestría en física médica, formando especialistas en distintas aplicaciones, como el empleo de radiofármacos para diagnóstico médico. Se dictan también cursos y talleres sobre aplicaciones pacíficas de la tecnología nuclear en temas como agricultura, cuidado del ambiente y preservación de alimentos, entre otras áreas”.
La posición estratégica en la que el OIEA sitúa al IB coincide con el premio Konex de Platino que le va ser otorgado este 10 de noviembre en reconocimiento a su trayectoria de más de 50 años. Este tipo de premios los brinda la Fundación Konex a personalidades e instituciones que se distinguen en todas las ramas del quehacer nacional. La decisión es tomada por un jurado integrado por veinte especialistas.
El IB fue creado en 1955 como fruto de un convenio entre la Comisión Nacional de Energía Atómica y la Universidad Nacional de Cuyo. En materia de posgrado, cubre todas las aéreas de las llamadas ciencias \'duras\' y de ingeniería.
“Formamos expertos en áreas de ciencia pura como física teórica, nanociencia, física de materiales y de partículas, entre otras. También nos centramos en tecnología aplicada como la espacial y reactores nucleares de investigación o de producción de electricidad”, indica Lolich. Y agrega: “El área de \'física médica\' fue incorporada recientemente”. La formación que ofrece la maestría en física médica provee una sólida formación en aspectos fundamentales de las ciencias físicas, biológicas y médicas. Sus egresados suelen desempeñarse en tareas de investigación o desarrollo en el medio académico, industrial o clínico, en contacto con profesionales con distinta formación y en relación directa con pacientes, asegura Lolich.
Según el experto “una formación multidisciplinaria le permite interactuar de manera eficiente con especialistas en salud. Recibe además entrenamiento en el manejo y desarrollo de instrumentos de última generación para el tratamiento y diagnóstico de enfermedades. Su capacitación profesional aspira a cubrir los requerimientos habilitantes requeridos por la Autoridad Regulatoria Nuclear para trabajar en el medio clínico”. Además de las maestrías en ciencias físicas, física médica e ingeniería, se otorgan títulos de grado en física, ingeniería nuclear y mecánica, como también doctorados en física, en ciencias de la ingeniería y en ingeniería nuclear. También se forman especialistas en aplicaciones tecnológicas de la energía nuclear.
Las escuelas tampoco quedan afuera, destaca Lolich. “Organizamos actividades para profesores y concursos en ciencia para alumnos secundarios. Ambas actividades tienen cobertura nacional”.
Ltucha 2
El camino elegido por el IB es tener alumnos de dedicación completa al estudio, con profesores que realizan actividades de investigación o desarrollo en la temática en la cual dictan clases. “Esto es posible gracias al otorgamiento de becas”, explica Lolich.
Además de su carácter internacional, el Instituto recibe alumnos que vienen de todo el país. “El Balseiro es nacional. Al ser todos los alumnos becados, tenemos la posibilidad de incluir a aquellos que provienen de universidades del norte y sur argentino, sin ser de una provincia o región determinada”.
De acuerdo con Lolich, el IB busca reforzar el desarrollo del país y atender algunas de sus necesidades estratégicas. “La Argentina, a través de nuestra Comisión Nacional de Energía Atómica, está llevando adelante un ambicioso Plan Nuclear de Generación de Nucleoelectricidad”, agrega.
Como parte de ello, este año ya dieron un curso de capacitación de seis meses de duración a más de 20 profesionales que serán parte del primer plantel de operación de la Central Nuclear de Atucha 2, actualmente en construcción.
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