Un ex agente de inteligencia de la policía provincial reveló que efectivos de esa fuerza eran los encargados de dejar zonas liberadas para que el ejército realizara allanamientos y operativos de detención de personas durante la última dictadura, al declarar ayer en el juicio a ocho represores imputados de delitos de lesa humanidad.
Emilio Rozar cumplió funciones en el departamento de inteligencia "D2" de la policía neuquina en 1976. Su tarea era recopilar información y hacer trabajos de prensa acerca de actividades políticas, sindicales o sociales de la época.
Reveló que el ex Jefe de la Policía Provincial en 1976, el Teniente Coronel retirado Osvaldo Laurella Crippa le ordenó en ese año que tenía que ponerse bajo las órdenes del destacamento de Inteligencia del Ejército.
"Me pedían información sobre la actividad que realizaban personas, pero nosotros, como recién estaba en formación el área de inteligencia de la policía, era poco lo que le podíamos dar", indicó.
Dijo que participó de varias reuniones de la "comunidad informativa" en inteligencia militar donde "nos daban directivas de trabajo".
Precisó que "en esas reuniones hablaban de las actividades gremiales, ideológicas, estudiantiles de muchas personas. Era como una caza de brujas. En las reuniones de inteligencia todo lo que se movía era zurdo".
Reconoció que participó de cinco operativos encabezados por el ejército con personal uniformado y de civil perteneciente a inteligencia.
Explicó que Laurella Crippa lo enviaba a acompañar los operativos de allanamientos y detenciones para "evitar que hubiera algún enfrentamiento con efectivos de calle de la policía provincial porque todos actuaban de civil".
"Mi misión era estar atento a que no intervinieran miembros de la policía", indicó.
También señaló que "la policía provincial era que la debía dejar zonas liberadas para que el ejército hiciera operativos".
"La orden que tenía era ver al jefe de la comisaría del sector donde se iba a hacer el operativo para que retirara a toda su gente y así quedara la zona liberada", afirmó.
Recordó que "en los operativos escuchaba a los de inteligencia que comentaban que a los detenidos los llevaban al centro de detención del batallón militar", en alusión al Centro Clandestino de Detención "La Escuelita" de Neuquén.
En tanto, el ex Jefe de la Guardia de Infantería de la policía neuquina, comisario Alejandro Rojas al declarar hoy reveló que participó de un operativo del ejército en 1976 en el que fue detenido en Barrio Sapere de Neuquén, José Francisco Pichulmán quien actualmente permanece desaparecido.
Por ese hecho es que las abogadas del Centro de Profesionales por los Derechos Humanos en su rol de querellantes, Ivana Dal Bianco y Romina Smunk solicitaron que se remitan sus declaraciones al juzgado de primera instancia para que sea investigado.
Por su parte, Laurella Crippa fue indagado días pasados por el Juez Federal de Neuquén, Guillermo Labate en su domicilio de la ciudad de Bahía Blanca donde permanece bajo arresto domiciliario y afectado por problemas cardíacos.
Esta imputado por el secuestro y desaparición de 12 personas durante la última dictadura y de haber facilitado medios, unidades policiales, personal y de haber ordenado zonas liberadas para la realización de los operativos de secuestros y desaparición de personas. (Télam).-
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