CARACAS, 17 oct (IPS) - El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, rompió con el Partido Comunista (PCV) y otros sectores de izquierda que lo apoyaron por 10 años, acusándolos de "mentirosos, desleales y contrarrevolucionarios", por respaldar candidatos estaduales y municipales ajenos a su agrupación política.
Por Humberto Márquez para IPS.
"La cuestión de fondo es que no reconocen mi liderazgo, y
entonces yo tampoco los reconozco a ellos", dijo Chávez en mítines de respaldo a
candidatos del gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).
"Me encargaré personalmente de que desaparezcan del mapa político
venezolano", aseveró.
Junto al PCV fue defenestrado Patria Para Todos
(PPT), un partido de cuadros de raíz obrerista, y grupos remanentes de viejas
formaciones socialistas, como Gente Emergente, Movimiento Electoral del Pueblo y
Joven. Entre todos suman 10 de los 167 diputados de la Asamblea Nacional
(parlamento unicameral), donde el PSUV ocupa más de 140 bancas.
Venezuela elegirá el 23 de noviembre a gobernadores para 22 de sus 23
estados y a 328 de sus 335 alcaldes. En varias regiones PPT, el PCV y otros
grupos aliados al chavismo apoyan a candidatos diferentes a los del PSUV, con
opción de triunfo o capaces de dividir la votación pro-oficialista y favorecer
así una victoria de abanderados de la oposición.
La divisoria de aguas
–el mandatario no cesa de recordarlo-- se produjo desde que a comienzos de 2007
propuso unificar a sus seguidores en un solo partido, el PSUV, creado sobre la
base del Movimiento V República (MVR), la organización electoral que llevó a
Chávez a la presidencia en 1998 y fue su plataforma en otros comicios desde
entonces.
Hubo dirigentes y militantes de partidos aliados que
adhirieron al PSUV, pero Podemos, de tendencia socialdemócrata, pasó a la
oposición, y los comunistas y otros grupos, aunque conservaron a Chávez como
referencia, mantuvieron sus siglas y estructuras y este año presentaron
candidatos que rivalizan con los oficialistas en varias regiones.
También han respaldado el discurso con el que Chávez acompaña sus
ejecutorias, nutrido ya no sólo con frases del libertador Simón Bolívar
(1783-1830) sino con consignas de la izquierda latinoamericana de la segunda
mitad del siglo XX, pero colocando como norte la búsqueda de un "socialismo del
siglo XXI".
Oscar Figuera, secretario general del PCV, dijo a IPS que
las palabras de Chávez fueron "injustificadas y gratuitas", pues "a los
comunistas no se nos puede llamar contrarrevolucionarios, porque buscamos
profundizar la revolución en el terreno electoral, social, político, cultural e
ideológico".
Además, "en el terreno electoral, de las 22 candidaturas a
gobernaciones que postula el PSUV, los comunistas apoyamos 17. En los restantes
casos, apoyamos a quienes consideramos los mejores cuadros para que avance y se
profundice la revolución".
"Somos parte de este proceso desde que en
1997 fuimos el primer partido (fuera del MVR) en apoyar la candidatura de Chávez
y desde 1931 formamos parte de las fuerzas revolucionarias en el continente
americano. Esas críticas no se justifican", indicó Figuera.
Desde el
PPT, su secretario general, José Albornoz, fue más duro. "Cuando el presidente
trataba de satanizarnos y hablaba del exterminio para el PPT, nos recordaba a
José Stalin (Iósif Vissariónovich Dzughasvili (1878-1953)", quien durante tres
décadas condujo verticalmente la hoy desaparecida Unión Soviética y por ende el
movimiento comunista internacional.
El PPT "no compró su condición
revolucionaria en una farmacia, viene desde antes de Chávez (de una fracción del
grupo obrerista Causa Radical, creado en 1971) y no estamos en la revolución por
una cuota de poder, sino porque este proceso es de todos", agregó.
Tampoco, según Albornoz, "no entendemos porqué somos
contrarrevolucionarios al apoyar a Lenny Manuitt (PPT) en Guárico (estado de las
llanuras centrales) y en otros estados somos revolucionarios al apoyar
candidatos del PSUV".
Daniel García, responsable del grupo Gente
Emergente, cuestionó los ataques "ofensivos y desconsiderados" que les hizo
Chávez después de que en el estado natal del presidente, Barinas, en las
llanuras del sudoeste venezolano, organizaciones como la suya se alinearon con
el disidente que aspira a ser gobernador, Julio César Reyes.
Aunque se
trata de comicios regionales y municipales, las elecciones de noviembre son
consideradas por Chávez "las más importantes de nuestra historia", porque estima
que un resultado favorable impulsará su proyecto a lo largo de la siguiente
década.
Dirigentes del PSUV como el alcalde caraqueño Freddy Bernal
anunciaron que, luego de estas elecciones, volverán a proponer una reforma
constitucional para que Chávez pueda ser reelegido indefinidamente tras concluir
este sexenio en enero de 2013.
Chávez advirtió que, si la oposición
consigue una decena de victorias regionales, incluidos los estados norteños más
poblados, "el año próximo vendrán por mí", es decir, erigirán barreras a sus
políticas y podrían impulsar un recorte de su mandato.
Los sondeos de
opinión de voto conocidos hasta septiembre daban opción a los opositores --que
en 2004 apenas consiguieron dos gobernaciones-- para ganar en media docena de
estados, pero responsables de encuestadoras consideran que en los últimos días
los adversarios de Chávez se han hecho con un número mayor de distritos posibles
de obtener el triunfo.
En ese marco, presentar varias candidaturas
chavistas abre campo a la oposición, aunque, como compensación, las plazas donde
compiten varios opositores pueden ser obtenidas por los seguidores del
mandatario.
Y varias regiones que han sido bastiones oficialistas pueden
ir a manos de dirigentes, que rompieron con el PSUV al no ser escogidos como
candidatos. En esa situación está el estado de Barinas, donde su hermano, Adán
Chávez, un antiguo militante marxista, aspira a suceder como gobernador al padre
de ambos, Hugo de los Reyes Chávez.
Chávez, quien recorre el país en
campaña por los suyos, llama "traidores" y "vendidos" a los disidentes, asegura
que los borrará del mapa político y endureció su verbo frente a los opositores,
calificando a algunos aspirantes de "imbéciles" y amenazando con no entregar
recursos a gobiernos locales que "conspiren" contra sus políticas.
Según
el comentarista político Nelson Bocaranda, las invectivas del presidente contra
los ex aliados crecieron al leer encuestas según las cuales en algunas plazas no
sólo ganará la oposición sino que los disidentes superarán a los candidatos del
PSUV.
Oscar Schémel, de la firma encuestadora Hinterlaces, dijo a IPS
que "hasta ahora el presidente ha tenido razón al sostener que electoralmente
los pequeños partidos aliados sin él no son nada, pero, si el resultado entre
varios candidatos a una plaza es muy cerrados, dos o tres puntos porcentuales
pueden decidir el triunfo o la derrota".
El diputado Luis Tascón, líder
de un grupo de cuatro parlamentarios que se alejaron del PSUV a comienzos de
este año tras denunciar que el partido fue copado por grupos de derecha, dijo a
IPS que "el mapa político venezolano después de noviembre será multicolor y
Chávez deberá pensar en cómo negociar con sus adversarios". (FIN/2008)
Por Humberto Márquez para IPS.
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