En la mañana de ayer, un distribuidor de productos lácteos se encadenó al volante de su camión como medio de protesta ante los reiterados pedidos de coima, según denunció. El hecho ocurrió en calle 24 de Septiembre, entre Congreso y Las Heras.
No se observó presencia de funcionarios públicos en la zona.
En la mañana de ayer, por la zona de Plaza Independencia, se produjo una situación que no pasó inadvertida. Gustavo Cutuli, estudiante de Ciencias Económicas, casado y padre de dos niños, decidió encadenarse al volante de su camión como medio de protesta ante los reiterados pedidos de coimas de los policías de tránsito.
El futuro Contador Público (le quedan diez materias para graduarse) se gana la vida a bordo de su vehículo, repartiendo mercadería para una firma de lácteos.
Aproximadamente a las nueve y media de la mañana, dos policías de tránsito lo detuvieron en la intersección de 24 de Septiembre y Congreso. Debido a la norma municipal que restringe la circulación de vehículos de gran porte a esa hora en zona céntrica.
Sin embargo Cutuli aseguró que ”los funcionarios públicos, en lugar de confeccionarme la multa correspondiente, me ofrecieron a cambio una coima de $300”. El repartidor se rehusó la ilegítima propuesta.
Ante la negativa los agentes amenazaron con secuestrare el rodado y llevarlo al Corralón Municipal. Al verse en esa situación, Cutuli tomó la desesperada decisión de encadenarse al volante e impedir el secuestro de su camión.
Algo que resultaba curioso fue la ausencia de funcionarios policiales. Según algunos peatones estaban rondando la zona. Lo cual constituyó una negligencia, pues Cutuli se había sentado, envuelto en sus cadenas, directamente sobre la calle y en torno se había formado un grupo de curiosos que ocupaban prácticamente la mitad de la calzada.
Nadie controlaba que los coches que circulaban por calle 24 de Septiembre, lo hagan con cautela para no provocar ningún accidente adicional que viniera a agravar una situación que, por sí misma, ya era caótica.
Al mediodía, se apersonó en el lugar el Director de Tránsito, Miguel Ángel Díaz, quien informó que el Juez de Turno había tomado conocimiento del caso y había ordenado que al reclamante se le expida la correspondiente multa y se le permita retirarse.
El problema quedó resuelto. Gustavo encendió su automotor, que para ese entonces ya debía contener muchos lácteos calientes y rancios. Partió entre los aplausos de la gente presente.
Juan Villarrubia
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