Venezuela se ha convertido en un tema recurrente que trasciende sus fronteras, influyendo en la política interna de otros países, al decir del profesor español, Juan Carlos Monedero. Este fenómeno, según el analista, se debe a la construcción de un «monstruo bolivariano» utilizado por un “aparato mediático internacional” como arma política contra Venezuela.
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En el contexto de las recientes elecciones venezolanas, recordamos que María Corina Machado, respaldada por Estados Unidos, fue inhabilitada por solicitar una intervención militar estadounidense en Venezuela, y ha optado por una estrategia de confrontación, acusando – sin pruebas- de fraude electoral, tras la victoria del candidato del Gran Polo Patriótico, Nicolás Maduro.
Sin embargo, el sistema electoral venezolano, a pesar de las acusaciones, es considerado por expertos como uno de los más fiables del mundo. Con 32 elecciones realizadas, nunca se han reportado problemas significativos por parte de los organismos electorales regionales. El proceso incluye múltiples verificaciones: identificación del votante, huella dactilar, voto electrónico con comprobante físico, y un sistema de encriptación que requiere códigos de varios actores, incluyendo miembros de la oposición.
Un grupo de destacados observadores internacionales, incluyendo expertos en derecho, derechos humanos y funcionarios judiciales de diversos países, emitieron un informe preliminar conjunto sobre las elecciones presidenciales en Venezuela celebradas el 28 de julio de 2024. Este informe, respaldado por figuras como Ana María Careaga del Instituto Espacio para la Memoria de Argentina y Sacha Sergio Llorenti Soliz, ex presidente del Consejo de Seguridad de la ONU, ofrece una visión positiva del proceso electoral venezolano. Los observadores, acreditados ante el Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela, representan a organizaciones comprometidas con la defensa del estado social y democrático de derecho. Entre ellos, se encuentran representantes de la Asociación Americana de Juristas, la Comisión Chilena de Derechos Humanos, y ex funcionarios de alto nivel de varios países latinoamericanos.
El informe destaca la transparencia y eficacia del sistema electoral venezolano, señalando que el proceso se realizó bajo condiciones de normalidad, garantizando a toda la ciudadanía el ejercicio de su derecho constitucional al voto. Los observadores elogiaron la organización de la jornada electoral, que se desarrolló sin mayores inconvenientes y en un ambiente de paz.
Asimismo, el documento reconoce la labor del CNE y del Plan República en la conducción del evento electoral, asegurando la transparencia, legalidad y seguridad del proceso. Los observadores también destacaron la conducta cívica del pueblo venezolano, que ejerció su derecho al voto de manera pacífica y ordenada, a pesar de las presiones externas y los anuncios alarmistas.
Este informe preliminar representa un contrapeso a las acusaciones de fraude y manipulación que han surgido desde algunos sectores de la oposición de extrema derecha que alega poseer más del 80% de las actas electorales propias, las cuales, según afirman, le otorgan la victoria. Han acusado al CNE y al Gobierno de ralentizar los procesos de escrutinio.
Esta acción ha generado la matriz de que las actas oficiales del CNE son falsas, mientras que las publicadas por el “comando” serían las auténticas. Es evidente el desconocimiento de la Ley Orgánica de Procesos Electorales, que estipula que el CNE tiene 30 días para publicar los resultados en la gaceta electoral.
La realidad del sistema electoral venezolano: alta tecnología y seguridad
En medio de las recientes elecciones presidenciales en Venezuela, mucho se ha hablado sobre la integridad del proceso electoral. Sin embargo, un análisis detallado del sistema revela una realidad compleja y tecnológicamente avanzada que desafía las narrativas simplistas sobre posibles manipulaciones.
Como lo han reiterado diversos especialistas, el corazón del sistema electoral venezolano es su voto electrónico. A diferencia de muchos países que aún dependen del conteo manual, Venezuela adoptó un enfoque completamente automatizado. Este sistema no solo acelera el proceso de escrutinio, sino que también elimina virtualmente el margen de error humano en el conteo de votos. Cada voto emitido se registra electrónicamente, creando un rastro digital que es tanto preciso como auditable.
Uno de los elementos más relevantes de este sistema son las actas de escrutinio. Contrario a la creencia popular, estas actas no se llenan a mano, lo que podría abrir la puerta a errores o manipulaciones. En su lugar, son generadas e impresas automáticamente por las mismas máquinas de votación. Este proceso garantiza la exactitud de los datos registrados. Posteriormente, estas actas son firmadas por los miembros de mesa y, si así lo desean, por los testigos de los diversos partidos políticos, añadiendo una capa adicional de verificación y transparencia.
La verificación ciudadana es otro componente crucial del proceso. Este procedimiento, que se lleva a cabo en el 54% de las máquinas de votación, a menudo se malinterpreta como un recuento de votos. En realidad, es una auditoría exhaustiva del funcionamiento de las máquinas. Este proceso permite a los ciudadanos y observadores confirmar que las máquinas están operando correctamente y registrando los votos con precisión.
Quizás el aspecto más controvertido, especialmente en estas elecciones 2024, ha sido la transmisión de resultados. El sistema venezolano cuenta con sofisticados mecanismos de seguridad diseñados para proteger la integridad de los datos durante su transmisión. Estos protocolos fueron sometidos a un riguroso escrutinio y auditoría por parte de técnicos representantes de diversos partidos políticos, un paso crucial para garantizar la confianza en el proceso.
Asedio cibernético contra Venezuela
A pesar de estos avances tecnológicos, el sistema no está exento de desafíos. El reciente ataque cibernético reportado durante la transmisión de datos en estas elecciones subraya la necesidad de una vigilancia constante y una actualización continua de las medidas de seguridad.
Ante el señalamiento infundado de la extrema derecha, el presidente venezolano Nicolás Maduro denunció un «hackeo masivo» contra el sistema de transmisión de datos del Consejo Nacional Electoral (CNE) durante las elecciones presidenciales del 28 de julio. Detalló que el ataque fue realizado por «granjas de bots» organizadas por la oposición política, lo que ralentizó el envío de actas para el escrutinio.
Kenny Ossa, activista tecnológico, informó en la red social X que Venezuela es actualmente el país número 46 más atacado cibernéticamente de entre más de 200 territorios, según el mapa de ciberataques de Kaspersky. Ossa también señaló un aumento evidente de botnets afectando al país.
El Gobierno venezolano ha reiterado su compromiso de mantenerse alerta y fortalecer sus defensas cibernéticas para proteger los intereses nacionales frente a estas amenazas. La verdad saldrá a flote. TeleSur
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