Así se define “Marchitas para un devenir”, del grupo La Rendija. Se pondrá en escena el sábado a las 22 en el Virla. Se invita al espectador a una porción de vida colectiva de estas persona-personajes, que hablan de si mismo, pero de todos los demás”, dijo su directora Marcela González Cortes.
El Grupo La Rendija se caracteriza por hacer Teatro-Danza.
El sábado comenzará el Segundo Octubre Teatral. Se inaugurará con Marchitas para un devenir. Obra multidisciplinar, donde conviventecnología, cámara, azar, actuación, danza, música, fotografía y plástica.
Al respecto su directora, Marcela González Cortés, en diálogo con TucumánHoy.com, brindó detalles. “El tema central es la violencia como disparador. En el trabajo conviven varias dramaturgias: la musical, la del interprete, la del fotógrafo”, comentó quien además es bailarina y profesora.
De esta manera los personajes “rastrean evidencias, buscan huellas, se apropian de lo que el devenir les sugiere. Una búsqueda de identidad, mezclada con climas de sutiles torturas, sumisiones y resistencias”, aseveró la profe de “Taller de Expresión y Movimiento” en la Facultad de Educación Física.
Marchitas para un devenir se estrenó el 14 de julio, en La Gloriosa. “Hicimos pocas funciones, debido a que el montaje de la obra es bastante compleja. Además somos más de diez actores en escena, se suma a esto las pantallas y proyectores. Se necesita un espacio grande y las salas del teatro independiente son chicas. Excepto las oficiales”, explicó Marcela.
A su vez detalló que “los personajes bailan sobre si mismo, respiran, susurran, cantan. Forman cuerpos tangibles, presencias reales que se integran dramáticamente, con un entorno de imágenes y sonidos, que hablan de violencia”.
En ese sentido La Rendija es un grupo que se caracteriza por hacer Teatro-Danza. “Surgió como una rama del grupo Estudio que tuvo repercusión en el NOA. Estábamos bajo la dirección de Beatriz Labate. El grupo se preocupaba por la formación de los integrantes, ademas del espectáculo”, sostuvo y además enunció que “cuando se separó Estudio, junto con mi compañero Sergio Aguilar, decidimos continuar con la intención de mantener ese espacio de formación. Así apareció La Rendija”.
Para finalizar confesó que la obra consta “de siete bloques coreográficos pero se eligen cinco azarosamente para la función. Así la estructura se recambia siempre, haciendo de cada presentación una puesta diferente”.
Sebastián Ganzburg
sebaganzburg@gmail.com
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