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AMPLIAREl bioma es cada vez más seco, lo que lo hace más vulnerable

Pantanal podría tener una crisis hídrica histórica en 2024

El Pantanal afronta desde 2019 el período más seco de las últimas cuatro décadas y la tendencia es que en 2024 se produzca la peor crisis hídrica jamás observada en el bioma, según un estudio inédito publicado ayer miércoles.

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Los resultados indican que, en los primeros cuatro meses del año, cuando debería haber ocurrido el pico de las inundaciones, la superficie promedio cubierta por agua fue menor que la del período seco del año pasado.

El estudio fue encargado por WWF-Brasil y realizado por la empresa especializada ArcPlan, con financiamiento de WWF-Japón. La diferencia con respecto a otros análisis basados ​​en datos satelitales es el uso de datos del satélite Planet.

“Gracias a la alta sensibilidad del sensor satelital Planet, pudimos mapear el área que queda cubierta por agua cuando los ríos se desbordan. Al analizar los datos, observamos que el pulso de inundación no ocurrió en 2024. Incluso en los meses en que se esperaba este desbordamiento, tan importante para el mantenimiento del sistema Pantanal, no ocurrió”, destaca Helga Correa, conservación especialista de WWF-Brasil, quien también es uno de los autores del estudio.

“En general, se considera que hay sequía cuando el nivel del río Paraguay está por debajo de los 4 metros. En 2024, esta medida no superaba 1 metro. El nivel del río Paraguay en los primeros cinco meses de este año estuvo, en promedio, un 68% por debajo del promedio esperado para el período”, afirma Helga. “Lo que nos preocupa es que, a partir de ahora, el Pantanal tienda a secarse aún más hasta octubre. En este escenario, es necesario reforzar todas las alertas sobre la urgente necesidad de medidas de prevención y adaptación a la sequía y la posibilidad de grandes incendios”.

En la Cuenca Alta del Río Paraguay, donde se ubica el Pantanal, la temporada de lluvias se presenta entre los meses de octubre y abril, y la temporada seca, entre mayo y septiembre. Según el estudio, entre enero y abril de 2024, la superficie promedio cubierta por el agua fue de 400 mil hectáreas, durante la temporada de inundaciones, por debajo del promedio de 440 mil hectáreas registradas en la temporada seca de 2023.

Según los autores del estudio, los resultados apuntan a una realidad preocupante: el Pantanal es cada vez más seco, lo que lo hace más vulnerable, aumentando las amenazas a su biodiversidad, sus recursos naturales y el modo de vida de la población del Pantanal. La sucesión de años con pocas inundaciones y sequías extremas podría cambiar permanentemente el ecosistema del Pantanal, con consecuencias drásticas para la riqueza y abundancia de especies de fauna y flora, con importantes impactos también en la economía local, que depende de la navegabilidad de los ríos y de la fauna. diversidad.

“El Pantanal es uno de los humedales con mayor biodiversidad del mundo y aún se conserva. Es un patrimonio que debemos conservar, por su importancia para el modo de vida de las personas y para el mantenimiento de la biodiversidad”, destaca Helga.

Además de los eventos climáticos que agravan la sequía, la reducción de la disponibilidad de agua en el Pantanal está relacionada con acciones humanas que degradan el bioma, como la construcción de represas y carreteras, la deforestación y los incendios, explica Helga.

Según el especialista en conservación de WWF-Brasil, varios estudios ya indican que la acumulación de estos procesos de degradación, acentuados por el cambio climático, podría acercar al Pantanal a un punto de no retorno, es decir, a perder su capacidad de recuperación natural. una reducción abrupta de especies después de un cierto porcentaje de destrucción.

Otra preocupación es que las sucesivas sequías extremas y los incendios que estas exacerban afecten la calidad del agua debido a la entrada de cenizas al sistema hídrico, provocando la mortalidad de peces y quitando el acceso al agua a las comunidades. "Es necesario actuar con urgencia y localizar dónde se encuentran las poblaciones tradicionales y las pequeñas comunidades que son vulnerables a la sequía y la degradación de la calidad del agua", afirma.

La nota técnica trae una serie de recomendaciones como mapear las amenazas que causan los mayores impactos en los cuerpos de agua del Pantanal, considerando principalmente la dinámica en la región de cabeceras; fortalecer y ampliar las políticas públicas para frenar la deforestación; restaurar Áreas de Protección Permanente (APP) en las cabeceras, con el fin de mejorar la infiltración de agua y reducir la erosión del suelo y la sedimentación de los ríos, aumentando la calidad y cantidad del agua tanto en la meseta como en la llanura, y apoyando la valorización de las comunidades, propietarios y el sector productivo que desarrollen buenas prácticas y escalen acciones productivas sostenibles.

Fuente: Agencia Brasil