Con “Ciencias Morales” Martín Kohan, que nació en 1967 y es profesor de Teoría Literaria en la UBA y en la Universidad de la Patagonia, ganó el premio XXV Herralde de novela. El autor utiliza un espacio cerrado y paradigmático para desarrollar una trama inscripta en los últimos años de la dictadura en Argentina. El colegio Nacional del cual Kohan fue alumno es el lugar elegido para “Ciencias Morales”.
Una autobiografía.
María Teresa, una joven preceptora. Desde el primer día de trabajo tiene órdenes estrictas y concretas de cómo interactuar con sus alumnos o subordinados. Su jefe, el señor Biasutto, reúne las características de un déspota, autoritario, torturador y maquiavélico. Ella solo se limitará a cumplir órdenes.
De esta manera Kohan intenta dar cuenta de los acontecimientos horrorosos, en nuestro país, en aquellos años de dictadura. Los alumnos terminarán acatando órdenes absurdas, por momentos ridículas, cuyo fin determinado es seguir instaurando el orden establecido. Basándose siempre en la excesiva moral, “tan occidental y cristiana”, como supo decir en alguna oportunidad Andrés Calamaro.
La preceptora, de a poco, se hará especialista para encontrar en sus subordinados gestos sospechosos que atentan en contra de la moral y las buenas costumbres.
La personalidad de María Teresa se encuentra inundada de moralidades ridículas, propias de innumerables mujeres de aquellos tiempos que por desgracia no faltan en nuestros días. Siempre agacha la cabeza, siempre hace lo que los superiores mandan. Aunque Biasutto, jefe de preceptores, le meta el dedo mayor con crudeza en el culo, ella continuará inmutable.
“El dedo se mete en ella, tosco como los sedientos. María Teresa desesperada piensa, se dice a sí misma: no se deja de ser señorita por esto.”
En una entrevista concedida a cuentomilibro.com, Martín comenta que los repudia tanto que “no quise considerarle al tipo ningún placer”. En alusión a la escena antes mencionada.
Una obra interesante. Trabajada minuciosamente. En cada descripción se aprecia como Kohan seleccionó con justeza las palabras. De lectura rápida pero por momentos repetitiva, hace que el lector pueda optar por pasar a la siguiente página sin mayores complicaciones para el entendimiento de la historia.
Una gran metáfora que refleja una época cruda, cruel, autoritaria de un país que contó con la complicidad de innumerables Marias Teresas para el terror que se vivió en aquellos años.
Sebastián Ganzburg
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