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AMPLIAREncuesta muestra que las mujeres negras están en la base de la pirámide

Los negros son minoría en el servicio público federal y tienen salarios más bajos

Más de la mitad de la población de Brasil es negra, universo compuesto por negros y morenos, según la clasificación del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística. El grupo representa el 55,7% de los brasileños. Sin embargo, cuando una persona negra ingresa al servicio público, se enfrenta a un revés. Se convierte en minoría en el grupo de servidores. Además, tienen un salario más bajo que los blancos.

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El escenario lo revela una encuesta realizada por la organización no gubernamental (ONG) República.org, dedicada a mejorar la gestión de personas en el servicio público. El estudio muestra que los negros representan sólo el 35,09% de los servidores públicos activos del ejecutivo federal, según datos del Sistema Integrado de Administración de Personal (Siape) de 2020.  

“Por mucho que tengamos un ingreso al servicio público basado en valores como el mérito y la igualdad, cuando miramos el retrato político-social de la sociedad brasileña, tenemos una extrema desigualdad de acceso entre negros e indígenas en relación a los blancos, lo que se refleja en quiénes son seleccionados en el concurso público”,  dijo a Agência Brasil  Vanessa Campagnac, gerente de Datos y Comunicación de República.org   .

Carreras 

La baja representación de los negros empeora a medida que aumenta la importancia y la remuneración de los puestos en la administración pública. Al analizar el puesto más alto en la jerarquía del servicio público en el ejecutivo federal, gerencial y de alto nivel asesor 6 (DAS-6), sólo 35 de los 240 puestos fueron ocupados por personas de raza negra y parda, es decir, el 14.58%. 

“Los cargos de libre designación [en el caso del DAS-6] requieren de una fuerte red de contactos, que se construye a partir de las relaciones sociales que estos individuos establecen a lo largo de su vida. En la construcción histórico-social de nuestro país, los blancos fueron los más beneficiados por estas redes, mientras que los negros y los indígenas tuvieron un acceso restringido a estos espacios de poder”, explica Vanessa. 

Otro aspecto que profundiza la disparidad entre blancos y negros es en las carreras estatales, como la diplomática, y en la gestión, como la de analistas, auditores y especialistas en planificación y presupuesto. Los blancos ocupan el 73%, mientras que los negros y morenos ocupan el 23,72%. 

El directivo de República.org cree que la baja presencia de personas negras en estas carreras se debe a la complejidad de las competencias. “Suelen tener un mayor número de fases y cláusulas de barrera que crean varios obstáculos a superar”. Cita costos como la compra de material de estudio y viajes, que en algunos casos incluyen viajes.  

“También hay costes no monetarios, como la disponibilidad de tiempo dedicado a esta preparación, ya que las personas negras suelen tener menos posibilidades de dejar de trabajar para dedicarse de lleno a los estudios”, añade. 

Mujeres negras 

La baja representación de los negros se ve acentuada por otro problema, la desigualdad de género, que se vuelve explícita al comparar el desempeño de los hombres blancos y las mujeres negras en el servicio público. La remuneración neta media del primer grupo es de R$ 8.774,20 mensuales, mientras que las mujeres negras reciben una media de R$ 5.815,50 mensuales. Esto representa para ellos un salario un 33% menor. 

Para Vanessa Campagnac, la desigualdad salarial se explica, sobre todo, “por la concentración de personas negras en puestos peor remunerados y su baja presencia en puestos de liderazgo y carreras con mayor prestigio y valoración”.  

Ley de Cuotas 

La disparidad entre negros y blancos podría ser peor si no fuera por la Ley de Cuotas (Ley 12.990, de 9 de junio de 2014), que reserva el 20% de las vacantes en concursos públicos en la Unión para negros y morenos. En el año 2000, por cada 100 nuevos empleados del ejecutivo federal, 17 eran negros. En 2020, esta proporción saltó a 43 de cada 100 nuevas personas aprobadas. 

La encuesta de República.org muestra que, en 2008, seis años antes de que entrara en vigor la Ley de Cuotas, el 29% de las personas que ingresaban al servicio público federal eran negras. En 2020, este porcentaje fue del 43%. 

Según la ONG, los efectos de acción afirmativa de la Ley 12.990 se vieron perjudicados por la reducción del número de concursos públicos en los últimos años. Si en 2014, año en que entró en vigor la ley, hubo 279 concursos para cubrir 27 mil vacantes, en 2020 fueron solo tres, para 659 puestos.  

Renovación de la ley 

La Ley de Cuotas tiene una vigencia de diez años a partir de 2014. Pero hay iniciativas para ampliarla. Uno de ellos es el Proyecto de Ley 1.958, de 2021, del senador Paulo Paim (PT/RS), que está en tramitación en el Senado y mantiene la reserva del 20% por otros diez años.  

Al justificar el proyecto, el senador señala que la ley de cuotas debe entenderse como necesaria hasta que “el número de negros y morenos en la administración pública federal corresponda al porcentaje de este segmento en la población total del país”. El proyecto está en la Comisión de Derechos Humanos y Legislación Participativa.  

Dentro del gobierno, además del interés en extender la ley, hay un movimiento para aumentar el rango de reserva del 20% al 30%. La propuesta fue creada por los ministerios de Igualdad Racial, Gestión e Innovación en Servicios Públicos, y Justicia y Seguridad Pública. 

En evaluación de Márcia Lima, Secretaria de Políticas de Acción Afirmativa, Combate y Superación del Racismo, del Ministerio de Igualdad Racial, la Ley de Cuotas “garantizó que en los últimos años más negros se convirtieran en servidores públicos eficaces, un resultado positivo de la política. Sin embargo, debido a las desigualdades históricas, este crecimiento aún no fue suficiente”.  

El secretario sostiene que “para garantizar una mayor equidad racial, necesitamos mantener la política de cuotas raciales en las carreras del servicio público federal”. 

El representante del ministerio también destaca que “es importante para la construcción de políticas públicas, para la oferta de servicios públicos y para la implementación de programas que las personas negras estén presentes, involucradas y trabajando. Las cuotas en el servicio público promueven la igualdad."  

Comisionados 

Otra medida para reducir la desigualdad en el servicio público es el decreto  firmado por el presidente Luiz Inácio Lula da Silva, en marzo de este año, que reserva el 30% de los puestos de confianza en la administración directa, las autoridades locales y las fundaciones para los negros.  

Los cupos son para Cargos de Comisión Ejecutiva (CCE), de libre designación, y Funciones de Comisión Ejecutiva (FCE), también de libre designación, pero exclusivos de los servidores públicos. La norma también determina la observancia de la paridad de género en la ocupación de estos cargos. 

Vanessa Campagnac observa que la implementación de acciones afirmativas en los puestos comisionados es esencial para combatir las distorsiones. Ella cree que puede producirse un efecto multiplicador, ya que “las personas negras en puestos de toma de decisiones pueden atraer orgánicamente a más personas negras a esos puestos, a medida que se construyen redes de contacto más diversas”. 

La Ley de Cuotas es específica del Ejecutivo federal, y no se aplica a los Poderes Judicial y Legislativo, ni a los estados y municipios. Una encuesta de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales puesta a disposición de República.org muestra que al menos 20 unidades de la federación tenían algún tipo de reserva de vacantes para personas de raza negra. 

Además de mantener cuotas en las competencias, el directivo de República.org sugiere otras formas de apoyo a la población negra. “Un estipendio para preparar exámenes y viajes, o invertir en cursos preparatorios para personas negras podría acelerar la reducción de esta desigualdad”, afirma.