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AMPLIAREs necesario fortalecer el periodismo independiente y de calidad

Los expertos piden regular el proceso mediático

Educación digital, verificación de datos, regulación y periodismo de calidad fueron algunas de las herramientas para combatir la desinformación, citadas por expertos que participaron del segundo y último día del seminario Combate a la Desinformación y Defensa de la Democracia, promovido por el Supremo Tribunal Federal (STF ) en colaboración con universidades públicas.

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“Sería fantástico si todo el dinero [publicitario] destinado a la desinformación se destinara a sitios de información de calidad, ampliando y fortaleciendo este ecosistema”, sugirió la cofundadora de la organización de lucha contra el discurso de odio y la desinformación Sleeping Giants Brasil, Mayara Stelle. .

Para el profesor de Comunicación Social de la Universidad Federal de Espírito Santo (UFES), Edgar Rebouças, los efectos nocivos de la desinformación y las noticias falsas reavivan no sólo el debate sobre la regulación de las plataformas de internet, sino también de los medios tradicionales, para favorecer la producción de Periodismo de calidad.

El problema, según él, es que, a partir de 2009, con la “extinción total de la Ley de Prensa por decisión del propio STF, hubo una caída abrupta en la calidad del periodismo, en la regulación de todo el proceso mediático”, que abarca no sólo las grandes plataformas de Internet, sino también las empresas de medios.

“Aquí en esta casa [del STF] participé en discusiones y enfrentamientos en los que siempre defendí el lado de la defensa de la libertad de expresión. Pero libertad de expresión para la sociedad, con control social. No la libertad de expresión defendida por los medios de comunicación. Hubo varios enfrentamientos en el STF, en el Senado y en la Cámara. Invariablemente, siempre perdía”, dijo la maestra.

Rebouças, sin embargo, se dijo "muy feliz" de escuchar que algunos ministros que estaban en una posición opuesta a la suya "están hoy aquí, defendiendo la regulación en relación con las grandes empresas de medios de comunicación".

“Tenemos que regular todo el proceso mediático, como sucede en todos los demás países desarrollados, excepto Brasil”, defendió el profesor.

Ley de Prensa

“Cuando fue abolido por completo, en 2009, la Ley de Prensa se llevó consigo el derecho de réplica; se llevó consigo el secreto de la fuente; así como la responsabilidad calificada por delitos contra el honor. Fue completamente anulado en el Tribunal Supremo”, afirmó Rebouças.

“También en 2009, la calificación profesional de periodismo fue revocada en esta casa [STF], al eliminar el título obligatorio. Desde entonces, cualquier persona mayor de 14 años y brasileña puede tener registro profesional como periodista. Ni siquiera necesitas saber leer y escribir. A partir de 2009 asistimos a una abrupta caída de la calidad del periodismo”, añadió, sugiriendo que existe una “corresponsabilidad de las grandes empresas de medios” por el debilitamiento de esta importante herramienta de lucha contra la desinformación.

Otro ejemplo citado fue el fin de la clasificación indicativa, bajo el argumento de que la libertad de expresión era un bien absoluto, y que cada familia tenía derecho a decidir lo que quería para sus hijos. “Perdimos en la clasificación indicativa, como perdimos en la regulación de la publicidad de alimentos”.

Desinformación rentable

Según el representante de Sleeping Giants, “es necesario fortalecer y monetizar más el periodismo de calidad y el periodismo independiente”. Mayara Stelle defiende mecanismos que dirigen los recursos pagados por los anunciantes a sitios que presentan información correcta, en lugar de información errónea.

“Necesitamos reconocer que, actualmente, la desinformación, el discurso de odio, la intolerancia y el extremismo se han convertido en un modelo de negocio. Vemos que estas personas obtienen beneficios políticos y monetarios”, dijo Mayara Stelle.

Citando un estudio de Global Disinformation (GDI), publicado en 2020, Mayara afirmó que la “industria de la desinformación” obtuvo en 2019 un beneficio de 235 millones de dólares en publicidad online. “Es un número muy grande que creo que ya ha cambiado, pero da una perspectiva de cuán rentable es hoy la desinformación. Y poca gente lo sabe”.

Agregó que hay empresas que a sabiendas patrocinan información errónea, pero también hay algunas que no tienen conocimiento de lo que patrocinan.

“Antes, cuando una empresa quería vender un producto o servicio, contactaba directamente al vehículo para anunciarlo. Hoy en día, las empresas prefieren confiar en los gigantes de Internet para distribuir publicidad automáticamente. Así, las grandes empresas acaban en sitios web desinformativos, con comportamientos nocivos y de odio. Esta es una situación muy común, lo que deja claro que se trata de un problema sistémico”.

Límites

El profesor de la Universidad Estadual de Santa Catarina (Unesc), Gustavo Borges dijo que, en este contexto, el mayor desafío es el tema de la regulación y que, sobre todo, es necesario establecer límites a la libertad de expresión, aunque existan falta de consenso para hacerlo.

"La Unesco señala la necesidad de una distinción clara entre desinformación, que es cuando se tiene una estrategia, con el objetivo de causar daño, e información errónea", afirmó.

Añade que es necesario entender que el mayor volumen de desinformación se difunde a través de robots, que acaban potenciando el proceso de propagación, amplificación, ataque y camuflaje, “añadiendo una apariencia de credibilidad que reduce la resistencia de los lectores”.

“En Google se realizan aproximadamente 90 mil búsquedas por segundo. En Twitter hay 350 mil tweets por minuto. En Instagram hay casi 50 mil fotos por minuto. En Facebook hay mil millones de historias al día. En YouTube se publican 500 horas de contenido por minuto; y en Tik Tok hay 27 mil videos por minuto”, reveló.

Código de conducta

El investigador defendió un código de conducta reforzado en materia de desinformación, como el adoptado en Europa, que prevé 128 medidas, entre ellas la desmonetización, incluso mediante el fortalecimiento del periodismo de calidad; transparencia de la publicidad política; garantizar la integridad del servicio contra cuentas falsas; formar a usuarios, investigadores y la comunidad de verificación de datos; grupo de trabajo permanente en cooperación con los actores más importantes; y estructura de seguimiento reforzada.

“Y lo más importante es la educación digital. No tiene sentido limitarse a legislar. Hacen falta políticas públicas en materia de educación digital”, concluyó.

Seminario

En el marco del Programa de Lucha contra la Desinformación, se organizó el seminario Lucha contra la Desinformación y Defensa de la Democracia , que reunió a ministros, académicos y representantes de la sociedad civil.

El seminario contó también con la participación de la Asociación Nacional de Directores de Instituciones Federales de Educación Superior (Andifes) y el Colegio de Gerentes de Comunicación de Universidades Federales (Cogecom).