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AMPLIARLos candidatos Efraín Alegre y Santiago Peña

Coalición desafía al gobernante Partido Colorado de Paraguay

Los votantes decidirán el domingo si quedarse con el partido que ha gobernado Paraguay durante siete décadas o apoyar a una amplia coalición opositora que ha montado un fuerte desafío en medio del descontento por la salud, las escuelas y la corrupción.

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Las elecciones para presidente y Congreso también podrían tener implicaciones geopolíticas, ya que Paraguay es el único país de América del Sur con vínculos políticos con Taiwán y la coalición opositora ha prometido revisar esa relación.

El país mediterráneo, que disfruta de una economía relativamente estable aun cuando sufre altos niveles de pobreza y corrupción, ha sido prácticamente inmune al cambio político y los movimientos sociales que han barrido la región, incluida la ola feminista.

Pero los analistas dicen que el panorama político puede estar alterado dado que la ira popular está en niveles altos por la corrupción y las deficiencias en los sistemas de salud y educación que empeoraron durante la pandemia de COVID-19.

Efraín Alegre, el líder del Partido Liberal, la segunda fuerza política más grande en el Congreso, es el candidato presidencial de la coalición opositora que ha unido a partidos dispares en su deseo de derrocar al Partido Colorado, que gobernó durante mucho tiempo.

Santiago Peña, exministro de Hacienda y candidato presidencial de Colorado, es exasesor del poderoso expresidente Horacio Cartes, quien ha sido acusado de corrupción y vínculos con el terrorismo por parte de Estados Unidos.

El partido de Peña es el partido político más antiguo de América del Sur, gobernando esencialmente Paraguay desde 1947.

“Este es un proceso electoral único”, dijo Diego Abete Brun, profesor de ciencias políticas que dirige el programa de Estudios Latinoamericanos y Hemisféricos en la Universidad George Washington. “Hay dos visiones en competencia: una para continuar con un sistema hegemónico de 70 años y la otra un proyecto de coalición, un experimento político sin precedentes en Paraguay que ha unido a diferentes partidos desde el centro-derecha hasta la izquierda”.

Aunque todas las señales apuntan a “elecciones cerradas”, Abete Brun dice que ve “más viento a favor de la oposición”.

En cuanto a Taiwán, Alegre ha dicho que la relación de Paraguay con Taipei es demasiado costosa.

“En las circunstancias actuales, Paraguay está haciendo un esfuerzo importante, a pesar de ser un país pequeño, al optar por mantener relaciones con Taiwán en lugar de buscar oportunidades con China. No vemos a Taiwán haciendo un esfuerzo similar”, dijo Alegre en una entrevista con The Associated Press. “Creemos que esta relación es injusta y, en consecuencia, tenemos una postura crítica”.

Peña ha defendido la relación del país con Taiwán, pero dice que buscaría más comercio con China, sin explicar cómo se daría.

“Paraguay debe insertarse en el mundo, en todos los mercados, incluido el mercado chino de 1.400 millones de personas”, dijo Peña a AP.

Alegre, un abogado de 60 años, presenta su tercera candidatura a la presidencia, aunque esta vez representa a una mezcla de partidos políticos que piden cambios y el fin del reinado de Colorado.

“La gente está convencida de que el cambio llegará el 30 de abril y que comenzaremos una nueva era en Paraguay”, dijo Alegre. “Todos entendemos que esa es una decisión de Paraguay para los próximos 15 o 20 años. Esta no es solo una elección, no es solo por cinco años. Se trata de un sistema agotado y la necesidad de recuperar el verdadero Paraguay”.

La responsabilidad de asegurar la continuidad del Partido Colorado recae en Peña, quien fue ministro de Hacienda en el gobierno de Cartes de 2013-2018 y, hasta hace poco, miembro del directorio de Banco Basa, banco local propiedad del expresidente.

La campaña presidencial de Peña se vio afectada por las sanciones económicas de Estados Unidos contra Cartes por presuntos sobornos y vínculos con Hezbolá, a la que Estados Unidos califica como organización terrorista.

El Departamento de Estado dijo que Cartes es “una de las personas más ricas de Paraguay” y lo acusó de “participar en un patrón concertado de corrupción, incluido el soborno generalizado de funcionarios gubernamentales y legisladores”.

Las sanciones bloquearon a Cartes, quien es presidente del Partido Colorado, del sistema financiero estadounidense y cortaron el financiamiento y los préstamos para la campaña del Partido Colorado.

“Las sanciones han sido letales”, dijo Abete Brun. “Cartes era el jefe de financiación del Partido Colorado. La caja de efectivo se quedó vacía”.

Peña dijo que las acusaciones contra Cartes “carecen de fundamento”.

Paraguay no tiene segunda vuelta, por lo que quien de los 13 candidatos reciba la mayor cantidad de votos el domingo será el próximo presidente del país.

Un factor clave será la participación electoral, considerando que en promedio solo alrededor de seis de cada 10 paraguayos acuden a las urnas.

Los bajos números de participación se deben, al menos en parte, a la “población migrante paraguaya en Argentina, España y Estados Unidos que, a pesar de tener el derecho legal al voto, no lo tiene”, dijo la historiadora Milda Rivarola.

El feriado del Día del Trabajo del 1 de mayo también podría disminuir la participación de los votantes.