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AMPLIARGaldys Mottes, de fondo, su marido Cuqui

La disolución de Nuestro Teatro "es una mítica que prefiero conservar"

Dijo la actriz, profesora e investigadora de Teatro, Gladys Mottes. En una extensa e interesante charla habló sobre el pasado y presente del teatro tucumano, los grupos nuevos, el teatro para niños, proyectos propios. Pocas personas conocen tanto del teatro local.

En la actualidad tenemos “espectadores mas exigentes”, refirió la especialista.

Gladys Mottes es Profesora de la cátedra Investigación e Integración Teatral de la Carrera de Teatro, en la UNT. Hace 25 años que trabaja en la Facultad y más de 30 como docente. Tiene 56 años. Debutó como actriz en el 71'. Pocas personas conocen tanto del teatro tucumano como ella. En una entrevista concedida amablemente a TucumánHoy habló sobre el pasado y presente del teatro local. El gran aporte de la investigación, los nuevos grupos, los subsidios, los niños, entre otras cosas.

Junto con Cuqui García, su marido y gran fotógrafo, Galdys se acercó a un bar ubicado al frente de Plaza Alberdi. Con el fotógrafo teníamos todo listo para comenzar la entrevista. Solo faltaba el necesario detalle del cafecito que llegó 20 minutos comenzado el amable parloteo.

De entrada, comenzamos hablando sobre el público de teatro actual. La especialista consideró que existen “sectores que están desprovistos para relacionarse con el arte. Solo existe esa relación del arte como entretenimiento. Lamentablemente no tienen herramientas para pensar o reinterpretar porque no tienen la formación del arte teatral. Esto nada tiene que ser con ser rico o pobre, sino con los procesos educativos y su relación con el arte”.

En este sentido estima necesario indagar acerca del espectador. “Creo que hay que tener políticas sostenidas sobre el espectador. Las nuevas generaciones tienen saberes interesantes sobre tecnología. En realidad tenemos espectadores mas exigentes. Esto provoca en los teatristas la búsqueda de lenguajes diferentes”, aseguró.

Haciendo un poco de historia Mottes hizo algunas consideraciones sobre las salas. “En los 60’ no habían salas propiamente dicho, solo existía Nuestro Teatro. Todos los lugares servían para proyectar obras de personas comprometidas con el teatro. Sin embargo, habían varias salas en bancos, como el de Desarrollo, Hipotecario, Credicop. Eso duró hasta el 74 o 76”, explicó.

“Eran espacios que albergaban a artistas muy jóvenes. Pero no tenían las características de sostener un circuito. La diferencia con la actualidad es la voluntad de los teatristas de hacerse un lugar. Y ahora, mediante la aparición del Instituto del Teatro se pueden sostener proyectos a largo plazo, lo cual antes era imposible”, continuó la docente con tono mesurado.

Una diferencia del teatro actual con el de los 70' es que “antes los grupos se mantenían en el tiempo. Ahora el actor es mucho mas versátil. Cambiaron los procesos de consumo. Veo con mucha admiración que los jóvenes decidieron vivir del teatro, imposible en aquellos tiempos donde los actores nos formábamos en el radio teatro”, apreció la actriz.

El grupo de Teatro más importante durante los 60' y 70' fue Nuestro Teatro “su disolución es una mítica que prefiero conservar”, refirió. Y a su vez dijo que “en la actualidad grupos como Manojo de Calles o La Sodería me hacen recordar a Nuestro Teatro”.

Pero son contextos diferentes. “El significado de cultura cambió, antes por ejemplo pertenecer a un grupo era una posición intelectual determinada. Estaba la polarizaron política (derecha-izquierda) que adoptaban los grupos. En la actualidad existen esos posicionamientos pero no son tan verticalistas”, aclaró mientras le pedía al mozo otro café.

Cambiando un poco de tema, ¿cómo analizás la entrega de los subsidios a los grupos y salas de teatro independiente?

Esto les dará un poco de aire a esa gente que tanto labura. Es un logro de muchos teatristas. Por eso tiene un valor incalculable. En cuanto a lo político hay que tener un poco de cuidado con las opiniones y debatir más sobre políticas culturales.

En este sentido le llama gratamente la atención que “ahora hacer teatro es una opción. Es jugárselas. Esto lo veo en mis alumnos y en la producción que se lleva a cabo. Existen programaciones constantes, en salas muy pequeñas y bastante familiares”.

Gladys, además pertenece al latente grupo La Valija, especializado en teatro para niños. “Tuvimos un golpe durísimo en el 2001. Varios integrantes tuvieron que volver a su lugar de origen porque no podíamos mantenernos. Debíamos más de 10 meses de alquiler. Entonces decidimos cerrarlo en el 2004. Cuatro de aquellos compañeros ahora viven en San Luis. Nuestro grupo tenía características familiares. Fue un duelo muy largo. Ahora Marcela, mi hija, está preparando algo y yo quiero hacer algunas cosas, pero recien el año que viene”.

El fuerte de La Valija era el teatro para niños. “Tocábamos temas como la guerra, el dolor de crecer, la intolerancia, lo cual no son para un público masivo. Desde el año pasado tomé la decisión de hacer solo teatro para chicos. Actualmente estoy preparando una obra cuyo público solamente serán 10 pequeños”.

¿Cómo surgió?

Por un trabajo que estamos haciendo en Villa 9 de julio en un comedor llamado San Pablo. Somos un equipos de seis docentes universitarios y un psicólogo. Ganamos un concurso de Arte e Inclusión. Trabajamos con niños de 6 a 14 años. Son comunidades de niños con una cultura diferente. Las nenas de 12 y 13 años van con sus hermanitos, entonces para que mis compañeros puedan trabajar comencé a contarles cuentos. Me sorprendió que sean tan curioso y ávidos de la palabra.

¿El trato con ellos es complicado?

Para nada, son muy afectivos. Se pueden relajar luego de toda esa tensión que viven en el día a día. Juegan a los golpes, pero mediante el dialogo tratamos de disuadirlos. Lo que sucede es que para ellos ser débiles es sinónimo de muerte. Su vida es una supervivencia constante. Ahora estamos viendo como mantener el proyecto porque no nos aprobaron la segunda parte. Es un proyecto del Voluntariado Universitario.

Al hablar sobre el comedor se la nota entusiasmada. “En este comedor decidimos llevarles guiones. Esto provocó una emoción tremenda. Cada uno quería tener su libreto”.

En cuanto a la docencia, Gladys considera que el docente de teatro debe formarse en pedagogía artística. “Concierne al aprendizaje artístico, un proceso complejo para la imaginación y memoria. No es solo saber hacer ejercicios de actuación”.

En este sentido comentó “que el 25, 26 y 27 se podrá ver la Segunda Muestra Provincial de Teatro de Educación. Dirigida a docentes de teatro y también de literatura, ciencias sociales o educación artística”.

Por último comentó que “estamos en un proyecto para crear un espacio para la investigación de teatro para niños. Con la intención de que circule entre la gente del ambiente. Pero también lo extenderemos para los adolescentes, huérfanos de espectáculos teatrales. Todos los textos para analizar son de autores de la región”.

Sebastián Ganzburg
sebaganzburg@gmail.com