En un comunicado de FADETUC recuerda los dos años de la desaparición de Julio López, testigo del caso Etchecolatz. Critican además la vanalización del poder de turno a los reclamos de justicia para aquellos nombre del poder judicial que participaron en la dictadura.
“No a la Impunidad”, exclaman.
Ayer, se cumplieron dos años de la desaparición del compañero Jorge Julio López, testigo en la causa del genocida Etchecolatz. Un comunicado de FADETCU afirma que son “dos años adonde asistimos a la ineficacia en la investigación para esclarecer su secuestro y desaparición, que no es producto de un hecho delictivo más. Se explica por la impunidad aun no derrotada y en la vigencia de los tentáculos del Terrorismo de Estado que sigue secuestrando, amenazando y aun “suicidando”, a 24 años de recuperada la democracia. Tentáculos que continúan con la presencia de aquellos que dan consentimiento, por acción u omisión, en puestos de responsabilidad del Estado”.
En el mismo orden de cosas continúan diciendo que “la presencia de civiles que actuaron como soportes de la dictadura en puestos de poder fue permanentemente denunciada por las organizaciones de DDHH. Toda clase de artilugios políticos, legales y sociales fueron pergeñados con el fin de evitar que estos reclamos tuvieran efecto. Hoy, en un indudable contexto electoral, se vanaliza el reclamo, y la sociedad asiste, incrédula, a una catarata de nombres vinculados a la justicia tucumana, lo que lejos de sustentarse en una genuina preocupación por la presencia de individuos ligados a la dictadura y a valores antidemocráticos e inconstitucionales, aparecen en un forcejeo, orientado a que perviva el vale todo político. Con toda razón, el ciudadano de a pie, vive las denuncias de uno y otro lado, como un circo montado bajo la supuesta defensa de los derechos humanos y esto nos afecta a todos, como ciudadanos y damnificados por esos violaciones a los derechos humanos”.
En ese sentido comentaron que la consigna “consigna de Memoria, Verdad y Justicia implica y requiere de mecanismos institucionales sólidos, que se plasmaron en nuestra provincia, con el primer juicio oral a Bussi y Menéndez, realizados con la responsabilidad que conlleva el aportar a un Estado de Derecho que consolide las bases democráticas. La Sociedad requiere instituciones democráticas sólidas y coherentes, para que, entre otras, den respuestas urgentes, por ejemplo, acerca de la desaparición del compañero López, o en el caso tucumano, a los cientos de causas por las que todos los martes, decenas de comprovincianos, demandan justicia en la provincia”.
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