Las conversaciones entre el gobierno y los prefectos de Santa Cruz comenzaron con un pedido del presidente Evo Morales de "lograr acuerdos en cuatro o cinco días", mientras militantes de movimientos sociales acampan en los alrededores del centro de convenciones de Cochabamba a la espera de los resultados.
Como veedores internacionales participan las iglesias católica, metodista y evangélica; representantes de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), de la Organización de Estados Americanos (OEA) y las Naciones Unidas (ONU).
"El presidente les ha pedido que el diálogo no sea interrumpido, que
trabajemos aquí estos cuatro o cinco días, si es necesario seguidos,
hasta lograr acuerdos, para que el país tenga resultados de este
encuentro", señaló el portavoz presidencial, Iván Canelas.
Luego
de las primeras horas de trabajo, que se inició a la mañana, el vocero
aseguró que "hay muy buena voluntad" entre los sectores políticos del
país para alcanzar un acuerdo, según reportó la agencia noticiosa
estatal boliviana ABI.
"En Bolivia, a veces nosotros decimos
que estamos acostumbrados a los conflictos y a llegar al borde del
precipicio para comenzar a dialogar; creo que es lo que está
ocurriendo", dijo Canelas.
Sin embargo, militantes de
movimientos sociales afines al gobierno permanecían esta noche en los
alrededores de la sede de las deliberaciones y aún no habían levantado
el cerco a Santa Cruz, porque no estaba claro si las oficinas
nacionales ocupadas y saqueadas por grupos de choque vinculados a la
prefectura (gobernación) fueron desalojadas, como lo establecía el
acuerdo marco para el inicio del diálogo.
Por su parte, el
ministro de Gobierno, Alfredo Rada, dijo que los prefectos opositores
"han salido derrotados en esa confrontación que ellos mismos iniciaron
y por esta situación incómoda y difícil en la que están, no les
conviene romper el diálogo que, por supuesto, el gobierno tampoco lo va
hacer", según informó el sitio web paceño Ultimas Noticias.
Rada
justificó, también, la presión y la vigilancia que mantienen los
movimientos sociales afines al gobernante Movimiento al Socialismo
(MAS), al considerar que "es una reacción frente al grado de violencia
que impuso el Comité Cívico Pro Santa Cruz, mediante la Unión Juvenil
Cruceñista (UJC)".
"Llegó el momento de un ajuste de cuentas
en el plano político y ajuste de cuentas legales, y eso se va hacer en
el diálogo, donde los prefectos tienen la opción de plantearse salidas
democráticas para el país y diferenciarse de los violentos,
diferenciarse de los golpistas", dijo el ministro.
El diálogo
que se inició ayer articulará tres mesas de trabajo: la de
compatibilización de los estatutos autonómicos con la nueva
constitución; la que discutirá el Impuesto Directo sobre los
Hidrocarburos (IDH) y la financiación de la pensión universal a la
vejez, y la tercera, que tratará las vacantes en el Tribunal
Constitucional, la Corte Suprema y la Corte Nacional Electoral.
El
presidente Evo Morales participó de la apertura de la reunión y será el
vice, Alvaro García Linera, quien comandará por parte del gobierno las
negociaciones con los prefectos opositores de Santa Cruz, Rubén Costas;
de Tarija, Mario Cossío; de Beni, Ernesto Suárez, y de Chuquisaca,
Savina Cuéllar.
También estarán los demás prefectos del
oficialismo, pero nadie representará al opositor Leopoldo Fernández, de
Pando, que fue detenido por la masacre de por lo menos 15 campesinos y
estudiantes del jueves 11 y a quien hoy se inició juicio por homicidio,
tras la declaración del estado de sitio en esa región.
Del
diálogo participan también el presidente de la Federación de
Asociaciones Municipales (FAM), Luis Revilla; el presidente de la
Cámara de Senadores, el opositor Oscar Ortiz, y el presidente de la
Cámara de Diputados, el oficialista Edmundo Novillo.
Asimismo,
están los ministros de Desarrollo Rural, Carlos Romero, ex
constituyente del MAS que conducirá la mesa de trabajo constitucional;
de Hacienda, Luis Arce, que encabezará la del IDH, y Héctor Arce, de
Defensa del Estado, que presidirá la de vacantes institucionales.
Como
veedores internacionales participan las iglesias católica, metodista y
evangélica; representantes de la Unión de Naciones Suramericanas
(Unasur), de la Organización de Estados Americanos (OEA) y las Naciones
Unidas (ONU).
Mientras tanto, el presidente Morales firmó hoy
acuerdos de explotación, exploración e industrialización de
hidrocarburos con la empresa rusa Gazprom y la francesa Total, y mañana
viajará a Panamá, donde será recibido por su colega Martín Torrijos,
según informó la agencia noticiosa italiana ANSA.
Por su
parte, el ex embajador estadounidense en La Paz, Philip Goldberg,
expulsado de Bolivia la semana pasada, dijo hoy durante un encuentro
con periodistas en el Diálogo Interamericano, un centro de análisis
político en Washington, que el Departamento de Estado evalúa la
política exterior hacia el país andino, donde Irán desarrolla una
"preocupante" relación política.
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