Empatándole, 1 a 1, de visitante a Estudiantes con un gol de Ramiro Leone a los 42 minutos del segundo tiempo. Los locales se habían puesto en ventaja al convertir Mauro Boselli cuando finalizaba el primer período. El resultado apuró la desvinculación de Roberto Sensini como técnico del equipo platense. Ahora River Plate en Tucumán el próximo domingo.
A San Martín, la justicia, les debía un resultado como el de ayer.
Luego de lo que pasó con Independiente y Godoy Cruz. El equipo de Tucumán, tenían un empate y un triunfo en la bolsa. Faltando muy poco para la finalización del encuentro los goles amargaron a los “cirujas”. Ahora esperarán más tranquilo el partido con los “Millonarios”, el Día de la Primavera.
Ayer en el Ciudad de La Plata, sucedió lo contrario. Los hombres de Roldán tuvieron el premio a pocos minutos del final. El punto que traen a Tucumán y los dos que perdió Estudiantes motivó la renuncia de Roberto Sensini en la conducción técnica de los pincharratas.
La primera pelota que tomó el “Anguila”, a los dos minutos de juego, la entregó rápidamente al “Ratón”, buscando contragolpear. Ese fue un síntoma. Roldán iba a jugar al contrataque. Esto determinó que los locales dominaron gran parte del primer tiempo.
Justo resultado. Un tiempo para cada uno. Estudiantes fue superior en los primeros 45 minutos. Rompió las sociedades de Pérez Castro, Canteros , Quinteros y la de Ibáñez Turdó y tapó a Leone con el buen trabajo del mendocino Enzo Pérez, juntándose, por la derecha con el uruguayo Salgueiro , creo varios problemas para la defensa santa, que veía pasar a la “Gata” Fernández, casi sin inconvenientes por el medio o a Boselli por el costado. Una vez Marcos Gutiérrez y otra la pierna de Monges impidieron que Estudiantes se pusiera en ventaja.
En ese período San Martín, no pudo imponer su juego. No hizo sus acostumbrados toques, no tuvo precisión, las triangulaciones fueron escasas. Estudiantes con poco, hizo más. Encima el jugador más regular del equipo tucumano, Pablo Cantero, se equivocó en un pase y habilitó a Mauro Boselli, que desbordó a Monges y Gutiérrez y convirtió, a los 44, el gol para los platenses.
San Martín salió, el segundo tiempo, decidido a empatar. Y puso lo que escondió en el primer período. Estudiantes no es más que nosotros, se escuchó en el vestuario visitante. Desde el vamos impuso su ritmo. El equipo de “Boquita”, que cuidaba su trabajo con los cambios, fue sorprendido por la buena disposición futbolística de los santos de la Ciudadela. Roldán ajustó las marcas y Estudiantes dejó de llevar peligro a la valla del seguro Gutiérrez. Apareció la firmeza y precisión de Pérez Castro, se juntaron Cantero y Quinteros, Leone e Ibáñez , Vega entró por Patricio Pérez, y junto a Turdó desequilibraban más seguida a los defensores del “pincha”. Sensini hacía y deshacía la renuncia, la tribuna lo silbaba y los pocos hinchas santos (los tucumanos en Buenos Aires laburan a esa hora) afilaban las gargantas para gritar el gol que estaba al caer. A los 32 minutos, Baliño, por indicación del línea anuló el gol de Bruno (ingresó por Ibáñez), que había convertido en gol un envío de Vega desde la derecha, y que según el línea había salido de la cancha. No importa dijeron los jugadores, vamos que podemos se gritaron y Roldán desde el costado ya palpitaba que su colega se quedaba sin trabajo. A los 42, llegó la justicia. La pelota pateada por Ramiro Leone, pasó por medio de las manos de Andujar, que protestó aduciendo foul de un jugador santo. Ahora les tocaba llorar y lamentarse a los rivales.
La justicia a lugar. Archívese.
Daniel A. Villalba
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