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AMPLIARLlega el corazon del Primer Emperador de Brasil

Brasil conmemora los 200 años de independencia, en contexto preelectoral

El corazón del emperador Pedro I, preservado en formol, arribó ayer a Brasil, procedente de Portugal, como parte de los festejos conmemorativos de los 200 años de independencia, que tendrán su momento más importante con los actos militares del 7 de setiembre encabezados por el presidente, Jair Bolsonaro, candidato a la reelección en los comicios de octubre.

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Ayer arribó a Brasilia el avión de la Fuerza Aérea Brasileña procedente de Porto, Portugal, con el corazón del primer emperador desde la declaración de la Independencia en 1822 para su posterior exhibición en el Palacio Itamaraty, sede del ministerio de Relaciones Exteriores.

La religuia será "recibida con todas las honras de Estado, siguiendo el mismo ritual dispensado durante las visitas de los jefes de otros países, él (corazón) será tratado como si Don Pedro I estuviera vivo", declaró el jefe de Ceremonial de Itamaraty, Alan Coelho de Selos, publicó hoy la estatal Agencia Brasil.

Este martes el objeto llegará al Palacio del Planalto en una ceremonia que contará con la presencia del jefe de Estado acompañado por la guardia de honor de los Dragones de la Independencia apostados en la rampa que da ingreso al palacio.

El traslado desde Portugal es parte de las celebraciones que culminarán en actos militares el 7 de setiembre en Brasilia y Rio de Janeiro, ambos encabezados por Bolsonaro, quien convocó a sus seguidores a protestar contra la Justicia y las urnas electrónicas a ser empleadas en los comicios.

El 8 de septiembre la reliquia retornará a Portugal.

Traer el corazón de Pedro I es un hecho "político porque no hay un contexto histórico o educacional para traerlo por el poquísimo tiempo" que permanecerá en Brasil, declaró la arqueóloga Vadirente Ambiel, de la Universidad de San Pablo (USP).

"La exhibición se torna bizarra (...) el gobierno de Bolsonaro hará un festín necrofílico para galvanizar a su base de apoyo, como hacían los dictadores romanos con la política de pan y circo", observó la arqueóloga.

El historiador Laurentino Gomes comparó este evento con el traslado de los restos de Don Pedro I en 1972, durante el gobierno militar.

"Bolsonaro que es un adepto a la dictadura intentó mimetizarse con los generales, ellos trajeron el cuerpo, ahora se trae el corazón", opinó el historiador.