AMPLIARVenta de cospeles en el centro tucumano
14/09/2008 - Locales
Oficio urbano: el cospelero
Es el nombre con el cual lo bautizaron los tucumanos. Comenzaron hace unos años como una manera de llevar la diaria al hogar. Muchos se instalaron en el microcentro de la Ciudad Histórica. Una pequeña mesa sirve para colocar la metálica mercadería a la espera de los transeúntes. Aunque son una fuerte competencia de los kioscos, quedan menos de una docena.
Son los que todavía se animan a seguir en este ingrato y poco rentable negocio.
Choferes y empresarios del transporte público de pasajeros se quejaban (todavía lo hacen), de la inseguridad, de las discusiones por los vueltos, y del trabajo que implicaba ,a los choferes, la manipulación del dinero. El Concejo Deliberante de 1987, puso en vigencia la ordenanza de pagar el boleto con un cospel (alguna vez fueron dos).
Además de los negocios que comenzaron a venderlos aparecieron, en el microcentro, los cospeleros.
Con pequeñas mesas instaladas ,en zonas de mayor circulación , estos comprovincianos “crearon “ un nuevo oficio.
“En esa época era mejor dedicarse a esto. Porque además del cospel, en la mesa teníamos cigarrillos y golosinas, que sumaban. Ahora nos permiten nada más que el cospel”, dice el “Pelao”, parado a la par de su banquito en San Martín al 500.
“Llevo muchos años vendiendo cospeles y ahora le pude agregar el telekino sino esto no rinde”, asegura.
Ante la consulta sobre el margen de ganancia , por la venta de los cospeles, el “Pelao”, enfatiza “ es muy poco, para ganar 30 pesos semanales debo comprar 1000. Eso son 1370 pesos, así que sacá las cuentas. Son 3 pesos, de ganancia, por cada 100. Es un desastre el margen, tengo que poner 1370 mangos para recaudar 1400. Y eso es lo que vendo por semana. Es muy difícil juntar esa plata. Por eso me ayudo con los telekinos., sino no me alcanza para comer”, explica uno de los más viejos cospeleros de la ciudad. De lunes a viernes, sin importar las condiciones climáticas , al igual que todos sus colegas despliega los cospeles en su banquito.
Ante tan contundente realidad comercial, es inevitable que haya cada vez menos negocios que quieran anexar la venta de cospeles.
Sin embargo, todavía quedan algunos audaces que se animan a seguir con el oficio. Estos comprovincianos no llegan a 10. Se los puede encontrar en Muñecas al 100, 200 y 300, en Mendoza al 700 , Laprida y San Martín y muy pocas veces por Junín al 200.
Todos cuentan lo mismo. Con la venta de cospeles apenas alcanza para llevar unos mangos a la casa. Si no anexan lotería, telekino o golosinas (rogando que los municipales no los corran o les quiten) no podrían seguir brindando el servicio a miles de tucumanos que diariamente viajan en ómnibus urbanos.
Además el cospelero ,da el vuelto con las monedas correspondientes, y eso en San Miguel de Tucumán habla bien de ellos. Y algunos hasta se animan a fiar.
Daniel A. Villalba
illalbadaniel07@gmail.com.