Una batalla campal se vivió ayer durante un enfrentamiento en Pando entre opositores al gobierno de Bolivia y campesinos que salieron en su defensa, en el tercer día de violentos saqueos de organismos estatales en las provincias gobernadas por prefectos opositores al presidente Evo Morales.
Solidaridad de Argentina, mientras que Brasil anunció que no reconocerá ningún gobierno que quiera sustituir a las actuales autoridades.
"Al menos son nueve los muertos y hay más de 60 heridos" en la
población de Tres Barracas, en el departamento de Pando, afirmó a Télam
una vocera del Ministerio de la Presidencia, con lo que confirmó el
número de fallecidos difundido hoy por la emisora católica Fides.
El
Gobierno, a través del viceministro de Coordinación de Sectores
Sociales, Sacha Llorenti, responsabilizó al prefecto de Pando, Leopoldo
Fernández, por la "masacre de campesinos a través de funcionarios de la
Prefectura acompañados de asesinos causando la muerte de varios
bolivianos", según informó la agencia oficial de noticias ABI.
El
dirigente campesino Antonio Moreno explicó que el enfrentamiento se
produjo cuando "los compañeros que venían al ampliado campesino
sufrieron la emboscada por funcionarios y trabajadores del Servicio
Departamental de Caminos y la Prefectura de Pando".
Moreno aseguró, citado por la agencia noticiosa alemana DPA, que "los agresores tenían ametralladoras y fusiles".
El
gobierno y la representante presidencial en Pando responsabilizaron hoy
al prefecto (gobernador) Leopoldo Fernández por el ataque a los
campesinos.
El viceministro de Gobierno, Rubén Gamarra, informó
con anterioridad que los muertos en Pando eran cuatro, uno de ellos
Pedro Oshiro, funcionario de la Prefectura (Gobernación), otro un
concejal del municipio del Porvenir y dos campesinos.
Según el
diario digital Erbol, uno de esos dos campesinos fue "masacrado a
palos" y el otro murió "arrollado por un vehículo de la Prefectura de
Pando".
Por su parte la representante presidencial en Pando,
Nancy Texeira, precisó en Cobija, citada por la Agencia Boliviana de
Información (ABI), que de acuerdo a los reportes los muertos son Pedro
Oshiro, Emilio Peña, Hernani Uzquiano y no dio a conocer el cuarto
nombre, según la cifra de víctimas que se manejaba hasta ese momento.
La
crisis adquirió tal magnitud que el presidente Morales analizaba hoy la
posibilidad de dictar el estado de sitio en las regiones de la llamada
"media luna" (Santa Cruz, Tarija, Beni y Pando), según el embajador
boliviano en Brasilia, René Dorfler, una posibilidad que hasta ahora
había sido rechazada por el mandatario.
"La Constitución
establece esa posibilidad y el gobierno evaluando esta cuestión", dijo
el diplomático en Brasilia, junto al ministro de Finanzas de Bolivia,
Luis Arce.
Arce y Dorfler analizaron con Marco Aurelio García,
asesor de política exterior del presidente brasileño Luis Inácio Lula
da Silva, la situación creada con el atentado "terrorista" de ayer
contra el gasoducto que transporta el energético boliviano a San Pablo
y que redujo esas exportaciones en un 10 por ciento (tres millones de
metros cúbicos diarios).
En tanto, el gobierno de Estados Unidos
afirmó que la decisión del gobierno boliviano de expulsar de La Paz a
su embajador, Philip Goldberg, es "un grave error que ha dañado
seriamente la relación", dijo el portavoz del Departamento de Estado,
Sean McCormack, quien agregó que "estamos revisando todos los aspectos
de la relación bilateral".
Por otra parte, el gobierno argentino
expresó hoy su respaldo "incondicional" al gobierno y al presidente
Morales, en un comunicado difundido por la Cancillería en el que
también se llama "a los prefectos a frenar los actos de violencia en
sus respectivos departamentos".
El presidente brasileño, Luiz
Lula Da Silva, se comunicó con su parte con Evo Morales y poco después
el canciller Celso Amorim dijo en conferencia de prensa que "Brasil no
reconocerá ningún gobierno ni ningún intento de gobierno que quiera
sustituir al gobierno constitucional de Bolivia".
El mandatario
boliviano aseguró hoy en La Paz que "vamos a defender la democracia, el
proceso de cambio y sobre todo vamos a garantizar la unidad del país".
Morales
reafirmó que las puertas del diálogo con la oposición "están abiertas",
pero al mismo tiempo indicó que esos sectores impulsan tomas y saqueos
de instituciones públicas y llaman a la división del país, lo que
consideró una "abierta provocación".
El presidente dijo que esos
sectores de la oposición están esperando que el gobierno nacional tome
medidas radicales "lo que no conseguirán".
Por su parte, los
militares abandonaron hoy la custodia de oficinas públicas de cinco
ciudades bolivianas gobernadas por la oposición donde hubo saqueos en
los tres últimos días y en los que algunos uniformados fueron golpeados
por civiles, pero aclararon que retomarán las acciones si hay orden
expresa del presidente.
"Nosotros volvemos a nuestros cuarteles.
Sólo saldremos a las calles si hay una orden escrita del presidente de
la República", dijo un portavoz militar a la red de televisión PAT.
Las
jornadas de protesta ya dejaron unos 97 heridos en Santa Cruz, Beni,
Pando, Tarija y Chuquisaca, las cinco regiones gobernadas por
opositores al gobierno central, donde grupos de choque tomaron las
oficinas de Impuestos Nacionales; del Instituto de la Reforma Agraria;
de la petrolera estatal YPFB; Aduanas; Televisión Boliviana, entre
otras.
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