Analistas valoraron ayer con ANSA la renovación de las élites en Chile que se ratificó con la elección de la nueva mesa directiva de la Convención Constituyente.
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El pasado miércoles fueron elegidos María Elisa Quinteros, odontóloga de 39 años, perteneciente a los movimientos sociales de la región agrícola del Maule (240 kilómetros al sur de Santiago), y Gaspar Domínguez, médico de 33 años, del colectivo Independientes No Neutrales y activista por la diversidad sexual de la austral comuna de Palena (Patagonia). Ellos se suman a la elección el 19 de diciembre del exdirigente estudiantil, Gabriel Boric, de 35 años, como presidente de la República, el más joven de la historia del país.
El cientista político de la Universidad Diego Portales, Claudio Fuentes, consideró "muy positivo" el recambio generacional por cuanto era "un tema pendiente en Chile".
Mencionó a ANSA que, en Europa, la edad promedio de los dirigentes va entre los 40 y 50 años mientras "en Chile estaba por sobre los 60, estábamos como 20 años retrasados".
Durante mucho tiempo, dijo el académico, la sociedad chilena estructuró su forma de relacionarse a partir de los partidos políticos, y las viejas generaciones cumplieron un rol importante en conducir la transición a la democracia.
"La demanda actual es de una ciudadanía más empoderada, donde se quiere participación en las decisiones, y eso es lo que está cambiando. Hay adultos mayores que también están en eso, no es un tema generacional, pero sí un cambio de época", acotó.
Para Claudia Heiss, cientista política de la Universidad de Chile, "el recambio generacional ya se veía desde el movimiento estudiantil (2011) y los líderes que emergieron pasaron a la política parlamentaria, con lo que se llamó la bancada juvenil, con la entrada en 2013 del propio Boric, Camila Vallejo, Giorgio Jackson, Karol Cariola, que viene de alguna manera a remediar ese envejecimiento que muchos analistas habían ya notado en las dirigencias políticas".
Observó a ANSA que los dirigentes venían incluso antes del Golpe (1973), de la dictadura. "Hubo un problema con el recambio generacional dentro de las élites políticas que llevó a este cambio, por decir, por 'asalto', en vez de haber una continuidad donde los partidos políticos van incorporando nuevas generaciones", describió.
Apuntó que el "quiebre, con la división entre elite y ciudadanía tiene un correlato generacional también".
Según la académica, "la incorporación, la llegada de los movimientos sociales a la política, permite superar de esta manera, aunque dramática porque se saltó una generación, y entran estos jóvenes de menos de 40 años a la política parlamentaria, constitucional y presidencial, ahora".
Consultado Claudio Fuente si hay un cambio de origen social de la nueva élite, respondió que, en la Convención Constituyente, "el 88% tiene estudios universitarios, no es la clase baja, son clases medias que entran al poder, provienen de la Universidad de Chile y Católica".
Recalcó que "el universo de la convención no es gente que venga de clases populares bajas. Cuando el 88% tiene estudios universitarios, son grupos que tuvieron acceso a la educación universitaria, pero -admitió- son círculos del poder distintos, mayor procedencia de regiones, que es un elemento importante".
"Son distintos tipos de élite, a las élites del Congreso, que también es educada en universidades, algunos empresarios, otros que se formaron en el Estado, eso es importante, y otros venían de la sociedad civil", añadió.
La nueva élite que entra a disputar el poder -precisó- "no participa mucho del Estado, pero sí del activismo social, tiene compromisos en organizaciones ambientales, derechos humanos, feminismo, y, por lo tanto, sí son distintos tipos de trayectoria de este tipo de grupos".
Restó dramatismo a las nueve votaciones esta semana para renovar la mesa directiva de la Convención, pues explicó que "el proceso constituyente en Chile es bastante único, eso no se va a repetir en el Congreso, porque hay una estructura de partidos, y no hay escaños reservados ni tantos independientes, por lo que no se verá siempre reproducido".
"Creo que es parte de un ciclo normal de negociaciones, se demoró dos días y salió humo blanco", pero sí -apuntó- "es una forma más transparente de manifestar el poder, frente a las antiguas maneras de resolver los conflictos a partir de cierto tipo de negociaciones, de las 'máquinas'".
A juicio de Fuentes, "la nueva constitución va a introducir mecanismos de participación más directos, va a haber una densificación del rol de la ciudadanía y del control de las élites".
Adelantó que los movimientos sociales se van a organizar para llegar al poder, "es parte de un ciclo nuevo de la política, donde van a generarse nuevas demandas de mayor participación, con una sociedad más alerta".
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