El Director de Transporte de la Provincia, Roberto Viaña, lamentó que los controles de alcoholemia no hayan erradicado la ingesta de alcohol antes de conducir. Se secuestran 70 autos por fin de semana. Los motociclistas, a pesar de la elevada multa que deben abonar, son reincidentes.
Las multas oscilan entre 700 y 1.200 pesos.
El 11 de mayo pasado comenzó a implementarse el Plan de Control de Alcoholemia en Tucumán. Las primeras semanas, según informaron desde Transporte, se percibió un respeto por la norma y temor por parte de los conductores a que se secuestren sus vehículos. Sin embargo, con el paso del tiempo, los tucumanos volvieron a ponerse al frente del volante previa ingesta de bebidas alcohólicas.
“La verdad es lamentable esta situación. Nosotros sabemos que tenemos muchas cosas por corregir desde la repartición, pero el tucumano es de por sí, irrespetuoso de las normas. Hasta el momento llevamos más de 5500 controles en distintos puntos de la provincia y secuestramos en promedio, 70 rodados por fin de semana”, argumentó Roberto Viaña.
El funcionario dijo que, ni las altas multas (desde 700 hasta 1200 pesos) detienen a los infractores. Viaña, a su vez, remarcó el protagonismo que tienen en este tipo de irregularidades los motociclistas. Estos, en el mejor de los casos, deben abonar 500 pesos para recuperar la moto que se secuestra por constatar la presencia de alcohol en sangre. “Si se hace una comparación entre lo que vale una moto y lo que se paga de multa es muchísimo dinero, pero no les importa. Los motociclistas son reincidentes”, criticó Viaña.
María Celia Nahra
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