Es la excusa perfecta para un hombre incapaz de casarse o de formar una relación duradera de pareja: la culpa está en sus genes. Una nueva investigación ha descubierto una variante genética que afecta a una importante hormona que se cree está relacionada con los vínculos emocionales.
Estudios en el pasado llevados a cabo con ratas revelaron que esta hormona -llamada vasopresina- afecta la capacidad de los animales de permanecer monógamos.
Los científicos analizaron el ADN de 552 pares de mellizos, todos con hijos y en relaciones de larga duración. Algunos vivían con su pareja, y otros estaban casados.
Se pidió a hombres y mujeres que respondieran a una serie de preguntas sobre sus relaciones y posteriormente se comparó a sus respuestas con su formación genética.
Los científicos descubrieron que los hombres que tenían la versión 334 del gen AVPR1A obtuvieron menos puntos de sus parejas en lo referente a la fortaleza de su relación. También mostraron menos probabilidades de estar casados.
Y si estaban casados, tenían más probabilidades de haber experimentado problemas maritales.
Según los autores, los hombres que tenían dos copias de esa variante mostraron el doble de posibilidades de haber sufrido una crisis marital en el último año.
Además, según los autores del estudio, los resultados podrían ofrecer un mejor entendimiento de trastornos como el autismo y la fobia social.
Fuente: BBC MUNDO
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