Las denuncias llegaron a la Defensoría del Pueblo y a Comercio Interior. Los damnificados superarían la docena, según consta en las actas de la dependencia a cargo de Pablo Zeitune. La maniobra comienza con un vendedor domiciliario.
Engaña a los clientes a través de un catálogo y cuando entrega los artefactos son de menor calidad que el acordado y a precios superiores.
“Esta práctica que, por lo general se aplica con gente de escasos recursos, está resurgiendo. La operatoria es la siguiente: un vendedor domiciliario visita una familia, por lo general de un barrio de la periferia y de escasos recursos. La venta es por catálogos. Allí figuran diferentes calidades de productos y a la persona a la que se está por estafar, se la hace firmar un papel en blanco”, explicó Marcelo Rubinstein, subdirector de Comercio Interior.
El funcionario, a su vez, cuestionó la credulidad de la gente ante esta situación. “Nunca se debe firmar nada en blanco”, exhortó. Por ejemplo: el vendedor ofrece al cliente una cocina de alta calidad a $1500. A los pocos días, el cliente recibe el producto, pero de menor calidad que el comprometido por el empleado de la empresa. En segundo lugar, en papel firmado en blanco, les colocan una suma muy superior a lo acordado (5 mil pesos) por esa cocina.
Por este motivo, Rubinstein requirió a los consumidores a prestar atención al momento de firmar un papel, sea el comercio o empresa que sea. Las estafas están al orden del día, según apuntó el subsecretario de Comercio Interior, quien informó que en un mes, recibieron más de 15 denuncias.
María Celia Nahra
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