La cancelación de la deuda por 6.706 millones de dólares que Argentina tiene con el Club de París, que anunció ayer por cadena nacional, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, cierra un nuevo capítulo en la política de desendeudamiento llevada a cabo en los últimos cinco años por el país.
En ese período se refinanció las obligaciones privadas en default con una adhesión del 76 por ciento de los acreedores, y se saldó la totalidad de los compromisos con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
La Presidenta eligió el mismo escenario -el Salón Blanco de Casa de
Gobierno- que en su momento utilizó Néstor Kirchner para anunciar,
también en forma sorpresiva, que Argentina ponía punto final a una
historia de desencuentros de más de 50 años con el organismo
multilateral de crédito con la utilización de reservas de libre
disponibilidad para el pago total de de la deuda de 9.500 millones de
dólares.
En la actualidad, con las reservas ubicadas en 47.146
millones de dólares, el porcentaje que se destinara al pago de la deuda
con el Club de París representa el 14,22 por ciento de ese monto.
Cuando
se cancelaron los compromisos con el FMI, el organismo trasladó con un
asiento contable 5.000 millones de dólares que Argentina ya tenía
depositado en el organismo, mientras que el resto del pago se realizó
vía Banco Internacional de Ajuste (BIS), de Basilea (Suiza), hasta
completar 9.810 millones de dólares.
"He firmado otro decreto
por el que instruyo al ministro de Economía, Carlos Fernández, a que
utilice las reservas del Banco Central para cancelar la deuda del Club
de París", señaló la presidenta Cristina Fernández de Kirchner ayer al
mediodía frente a un nutrido grupo de funcionarios y empresarios que la
aplaudieron en forma inmediata.
El pago de la deuda al Club de
París -una entidad multilateral creada informalmente en 1956-
facilitará al sector privado y público el acceso a líneas de préstamos
provenientes de países desarrollados, sin la necesidad de que el FMI
audite las cuentas argentinas.
El rol supervisor del FMI fue
desde el vamos uno de los principales obstáculos para que el país
encare una negociación para refinanciar la deuda con el Club de París,
como en un principio intento encarar el gobierno argentino.
El
Club de París tiene su sede central en Francia, y está integrado por 19
países que actúan en forma conjunta para renegociar las deudas de las
naciones con dificultades de pago.
Cerca del 90 por ciento de la
deuda argentina con el Club de París, que se pagará con reservas del
Banco Central, se encuentra repartida entre 6 países: Alemania, Japón,
Holanda, Italia, España y Estados Unidos.
Junto con los países
antes citados, otras naciones que integran el organismo son Australia,
Austria, Bélgica, Canadá, Dinamarca, Finlandia, Francia, Irlanda,
Noruega, Rusia, Reino Unido, Suecia y Suiza.
La historia entre
la Argentina y el Club de París se remonta al nacimiento mismo de la
entidad, en 1956, cuando representantes de ambas partes se reunieron
para renegociar una deuda de 500 millones de dólares.
Con el
paso de los años las renegociaciones oficiales se fueron acumulando -no
fueron menos de nueve-, hasta que el default del 2001 dejó a la
Argentina fuera de circulación en materia de capacidad de pago con los
acreedores privados y con el Club de París.
A partir de la
llegada del ex presidente Néstor Kirchner al poder, el gobierno puso en
marcha una política de desendeudamiento, primero a través de la
renegociación de la deuda externa, que marcó una fuerte quita y un
nivel de adhesión del 76 por ciento, a lo que se sumó el cierre del
capítulo con el FMI y finalmente, ayer, con el anuncio de la
presidenta Cristina Fernández de Kirchner.
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