El año próximo los concesionarios de todo el país esperan alcanzar un máximo de 670 mil vehículos patentados, contra los 620 mil que se calculan para fines de 2008, en un marco donde la puja salarial se acentúa y se evalúan acuerdos comerciales con los fabricantes y los países que integran el Mercosur.
En tanto, desde los concesionarios se quejan por el aumento de las cargas impositivas y consideran que los últimos meses se registraron "ruidos" en el mercado vinculados al conflicto con el campo que generaron "bajas en las ventas" pero tienden a neutralizarse.
Dante Alvarez, presidente de la Asociación de Concesionarios Asociados
de la República Argentina (ACARA) dialogó con Télam luego del encuentro
regional de la entidad que se realizó en la provincia de Tucumán:
-¿Cuáles
fueron las principales conclusiones y qué análisis hicieron sobre la
situación del sector? -Informamos a nuestros asociados sobre el mercado
nacional e internacional, sobre las actividades de la entidad, y
principalmente les contamos nuestras proyecciones para este año, que
estimamos cerraremos con unas 620 mil unidades patentadas, y el
próximo, con unas 670 mil.
Sin embargo, hay que aclarar que cuando
nosotros pronosticamos a fines del año pasado que cerraríamos 2008 con
620 mil unidades creíamos que era un piso, y hoy es un techo. Eramos
conservadores pero en el medio surgieron ciertos factores, ciertos
ruidos que no tuvieron que ver con una situación económica, pero que
repercutieron en la gente en forma negativa.
-¿Los ruidos a los
que se refiere tuvieron que ver con el conflicto con el campo? -Sí, la
baja en la demanda comenzó a notarse en esos meses, pero ahora de a
poco la situación se está recuperando.
-¿Cómo están llevando
adelante el tema de las demandas salariales? -Fue otro de los temas
importantes del encuentro. Informamos a nuestros asociados sobre las
tratativas que estamos llevando a cabo con el SMATA para obtener un
nuevo acuerdo salarial.
-¿En esas tratativas se habló de un tope
o porcentaje? -No, recién estamos en las primeras conversaciones, el
convenio vigente vence el 30 de septiembre y por eso tenemos tiempo.
-¿Esos
aumentos pueden afectar la competitividad? -Depende de los volúmenes,
de lo que se negocie. Nosotros sabemos, tenemos claro que tenemos que
dar un aumento pero la magnitud del mismo puede afectar la
competitividad en la medida que no sea una cifra lógica.
-¿En
qué situación se encuentra hoy el tema del financiamiento? -La
financiación existe pero antes el grueso lo hacían las entidades
bancarias y ahora lo hacen las marcas. Además, ahora está creciendo
lentamente el plan de ahorro.
-¿Y en qué situación se encuentran
en el aspecto impositivo? -La receta fácil de algunos gobernantes es
aumentar los impuestos y esto es lo que hizo la Provincia de Buenos
Aires con los ingresos brutos que aumentaron un 50 por ciento.
Para nosotros esto es antifuncional y confiscatorio porque es más del 33 por ciento del margen que tenemos los concesionarios, y de hecho muchos colegas están iniciando demandas judiciales contra esta situación.
Lo
que hubiéramos pretendido es que hablaran con nosotros pero lo cierto
es que pese a que pedimos entrevistas no nos la dieron, y después, se
limitaron a comunicarnos la decisión.
-¿Esto repercute en las
inversiones? -Sin duda, aunque los concesionarios hicieron mucha
inversión, sobre todo apuntaron a mejorar el servicio, a capacitar a
las futuras generaciones para que los traspasos se hagan en forma
ordenada.
Además se trata de un sector que hoy invierte con miras al
2013, a mediano plazo, y por ese motivo también es importante para el
concesionario tener cierta confianza en la situación económica actual.
-¿Y
tienen confianza? -Vemos que la industria es pujante, creciente, y que
seguirá en ese camino, al menos para afuera. En cuanto al mercado local
creemos que hay que ayudarlo, repito, con medidas impositivas y
bajándole la presión.
-¿Qué otros proyectos tienen en el corto
plazo? -Tenemos una vieja aspiración que es la de contar con una ley
que sirva para regular la comercialización entre concesionarios y
fabricantes e igualar la diferente capacidad de contratación que tiene
David (concesionarios) y Goliat (fabricantes).
Esa ley que nunca vio la luz tuvo media sanción en dos oportunidades, en el ’65 y en el ’84 pero nunca llegó a convertirse en una norma, por eso estamos en conversaciones con ADEFA para tener una convención entre nosotros que obraría como ley entre las partes.
También pensamos en la posibilidad de contar con un tribunal arbitral para someter diferencias y evitar recurrir a la justicia.
Otra opción sería algo fácil, como lo que proponen los brasileños, contrato tipo para el MERCOSUR en el que estaríamos incluyendo nuestro punto de vista para llevarlos a otros países.
Esto último nos parece muy interesante, y también estamos trabajando para ver las posibilidades de concretarlo.
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