Muchos niños con necesidades especiales no se ven reflejados en las páginas de los libros de cuentos, quedan afuera de las historias y el lenguaje se les torna ajeno e incomprensible, una situación que intenta revertir una nueva colección editada por una mujer, madre de dos chicos con trastornos neurológicos. Por Cecilia Aldini.
En diálogo con Télam, Selene Califano, editora de una serie de libros de cuentos y de autovalidamiento (para aprender a manejarse solo, según la dificultad) contó que desde hace tres años trabaja para conectar a los chicos con la literatura, motivada por su propia experiencia.
"No había libros donde ellos se sintieran reflejados y el lenguaje era inaccesible para los chicos", aseguró la creadora de la colección "Abracascarones", quien encontró la manera de contar la historia del Ratón Pérez, teniendo en cuenta la dificultad de uno de sus hijos.
"Mi hijo tiene un trastorno que le complica su adaptación al medio. Es un trastorno de integración sensorial que lo hace percibir el mundo de otra manera", precisó.
Califano había desestimado la posibilidad de recrear esa fantasía por no saber cómo hacerlo. Sin embargo, empezó a investigar y desarrolló una forma de lenguaje especialmente ideado para que los chicos con trastornos neurológicos, madurativos y con problemas para la comunicación pudieran comprender las historias.
Se trata del modelo de diagramación didáctica MDD, un sistema basado en dibujos muy expresivos, un texto muy claro, palabras en imprenta mayúscula asociadas a ilustraciones, e imágenes secuenciales que provocan la imagen mental necesaria para la comprensión de la historia.
También la colección trabaja con la identificación. "Los chicos que deben aprender a colocarse una sonda por ejemplo (espina bífida), o un audífono, se ven reflejados en personajes que tienen que adaptarse como ellos al mundo", explica la editora.
Tal es el caso de los personajes Carla y Carlitos, de la colección "Yo puedo solo", un cuento cuyos protagonistas son dos niños que deben sondearse, pero juegan y se integran al mundo como los demás chicos.
También, la historia de Ana y Matilde -una de ellas con Síndrome de Down- refleja cómo es el vínculo entre los niños y los representa.
"Matilde consuela a su amiga porque se le cayó el helado mientras que Superchango, el protagonista de otra historia, recrea a un superhéroe argentino que tienen un único poder: la voluntad", precisa la directora de la editorial.
"Es aquí cuando apuntamos a mostrar que, en realidad, hay más similitudes que diferencias entre los chicos", explicó Califano, quien aplicó sus conocimientos en cine y publicidad para desarrollar el nuevo lenguaje.
Califano no trabaja sola: participan de esta colección psicólogos y pedagogos, especializados en los temas que abordan los textos.
La creadora de estos cuentos dice que las palabras ilustradas son dibujos que simbolizan el significado de una o varias palabras, y traducen gráficamente el concepto simbólico.
Estas obras se dirigen a los niños o jóvenes, que si bien no han accedido a la lecto escritura, tienen la capacidad simbólica para comprender las "ilustraciones" de las palabras y lograr así una mayor comprensión general de lo que están leyendo.
En tanto, las imágenes secuenciales refuerzan y globalizan la idea, le dan mayor hilado, y la situación dramática genera un concepto de realidad inmediata y de fácil lectura.
En octubre, este nuevo modelo será presentado en un congreso de Literatura Infantil que se realizará en Buenos Aires, donde las obras destinadas a niños con necesidades especiales serán una novedad. (Télam)
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